Enrique Colmena

El pasado sábado día 2 de febrero de 2013 tuvo lugar la entrega de los Premios ASECÁN (que este año, por mor del patrocinio económico, se denominan ASECÁN-SGAE), en la Sala Chicarreros de la Fundación Cajasol, en Sevilla.

La ceremonia, bien trenzada, fue conducida hasta por tres parejas distintas de intérpretes andaluces, lo que le confirió una ligereza que ciertamente fue de agradecer. Los premiados, como siempre, se acordaron de todos sus deudos y afectos, pero eso se da por descontado. La organización, teniendo en cuenta además los precarios medios económicos, se puede calificar como sobresaliente, y el guión, sencillo pero efectivo, funcionó con acierto.

Grupo 7, el thriller de acción dirigido por Alberto Rodríguez, y ambientaen los años previos a la Expo’92 de Sevilla, arrasó en la ceremonia, acaparando nada menos que siete premios, entre ellos los de primer nivel, como Película, Dirección y Guión (Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, ex aequo con los de El mundo es nuestro), pero también dos (ex aequo junto a los protagonistas de El mundo es nuestro) a Interpretación Masculina (Joaquín Núñez, quizá la revelación del año, aunque lleve ya tantos en este oficio, y Julián Villagrán, de nuevo en un papel de yonqui, en el que parece estar encasillado). El filme se llevó también sendos premios técnicos para Sonido (Daniel de Zayas) y Montaje (José Manuel García Moyano).

Ante tan apabullante acaparación de galardones, pudieron saber a poco los dos que se llevó El mundo es nuestro, para Guión (Alfonso Sánchez, ex aequo con los libretistas de Grupo 7) e Interpretación Masculina (Sánchez y Alberto López, de nuevo ex aequo con el filme de Alberto Rodríguez).

El resto se repartió tiro a tiro, si sirve la expresión: Migue Amoedo se llevó el de Fotografía por De tu ventana a la mía, Pablo Cervantes el de Música Original por Los niños salvajes y, sobre todo, Carmina León, la madre de Paco y María León, que consiguió el de Interpretación Femenina por su papel de Carmina o revienta.

Entre los documentales la ganadora fue claramente 30 años de oscuridad, que no sólo consiguió el premio a su categoría (de nuevo ex aequo: este año ha sido el de los premios empatados), sino que se hizo también con el de Contribución Técnico-Artística.

Memoria de las cenizas compartió el premio al mejor documental, y los cortos Fuga y Bendito simulacro se hicieron con los galardones relativos a sus metrajes en ficción y documental, respectivamente.

El Cineclub Mediterráneo de Motril, veterana institución con veinte años de proyecciones cinematográficas, se llevó el Premio a la Mejor Labor de Difusión del Cine en Andalucía.

El blog Sevilla Cinéfila, de cuyos contenidos es responsable Carmen Jiménez y cuya webmaster es Vita Lirola, se llevó el Premio a la Mejor Labor Informativa. Permitirá el lector que me detenga en este premio: no soy imparcial, porque soy amigo de Carmen y de Vita desde hace muchos años (de Vita hace menos, pero es sólo por su juventud), pero tengo que decir que pocos galardones me parecen tan merecidos como éste; Carmen lleva muchos años de noble ejercicio de la crítica y la opinión cinematográficas, en diversos medios, y por fin se le reconoce como lo que es, como lo que ha sido siempre, una escritora de primera línea, una mujer de firmes convicciones, siempre abierta al diálogo, de fina pluma y lúcidas argumentaciones, una cinéfila antes que crítica, una trabajadora infatigable en el no siempre bien considerado oficio de crítico, o crítica, de cine. Enhorabuena, Carmen y Vita.

El Premio al Mejor Libro sobre Cine fue para José María Claver y su interesante volumen Luces y Rejas, editado por el Centro de Estudios Andaluces. El Premio para el mejor programa de televisión recayó en el veterano e indesmayable Tierra y Mar, de Ezequiel Martínez, en Canal Sur TV, y el de Mejor Obra Audiovisual en Internet (nuevo galardón este año, tan justificado) fue para la webserie Malviviendo, cuyos frutos ya se están viendo, en otro nivel, en la serie Flaman, actualmente emitiéndose en Canal Sur.

Los Premios a Mejor Película Española (sin producción andaluza) y Mejor Extranjera recayeron, curiosamente, en dos filmes silentes, Blancanieves y The Artist, quizá anunciando un regreso a los orígenes cuando parece que se ha contado todo, que se ha experimentado todo, que se ha hecho todo.

Tres fueron los Premios ASECAN-SGAE de Honor: uno para la Filmoteca de Andalucía, como centro institucional de conservación, recopilación, restauración y difusión del material audiovisual; otro para Antonio Pica, veteranísimo actor secundario jerezano (los que peinan canas le recordarán, por ejemplo, en el célebre anuncio televisivo de los años sesenta del brandy Centenario Terry), que protagonizó la más emocionante escena de la noche, al recoger en silla de ruedas su galardón; y el tercero para la actriz Ana Fernández, la inolvidable protagonista de Solas (película con la que empezó el actual boom del cine andaluz).

Javier Paisano, presidente de ASECAN, habló en su matizado discurso institucional de que el cine andaluz vivía su mejor momento: el hecho de que varias de las producciones andaluzas de 2012 estén nominadas en la próxima ceremonia de entrega de los Premios Goya así lo atestigua. Habló también, con toda razón, sobre las dificultades para financiar nuevos proyectos que ha traído la austeridad a ultranza de las administraciones públicas en todos los ámbitos, más aún en los relativos a la cultura.

Me quedo, no obstante, con la sensación de que, como ya hemos dicho alguna que otra vez, la única posibilidad para tirar hacia delante y que el cine andaluz siga perviviendo habrá de ser la búsqueda de nuevos caminos de financiación que no estén vinculados a las encanijadas administraciones públicas; las nuevas tecnologías permiten rodajes mucho más baratos que los que se hacían hasta hace no mucho, y habrá que darle al magín para conseguir que se pueda seguir rodando por menos dinero. Me temo que no hay otra, porque el maná público ni está ni se le espera. O hacemos cine por otros medios, de otra forma, o no habrá cine andaluz.

Esta nueva edición de entrega de los Premios ASECÁN confirma plenamente la rehabilitación (ya apuntada en las últimas ceremonias) de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía, tras unos años atrás, que podríamos calificar de años de plomo, en los que pareció desaparecer del panorama andaluz. Ahora el evento se ha convertido en un referente en la región, y toda la profesión desfiló por la Sala Chicarreros para recibir premios, o entregarlos, o aplaudirlos. Feliz regalo para una Asociación que ha cumplido 30 años. El hecho de que el que suscribe, junto a un puñado de compañeros y amigos, pusiera en pie este invento hace ya tanto tiempo, no deja de llenar de contenida satisfacción: los metafóricos hijos ya caminan solos...

Pie de foto: Foto de familia de los Premios ASECAN-SGAE 2013