Esta película se pudo ver en la Sección Oficial a Concurso del III Festival de Sevilla, Cine y Deporte.
Un bronco drama procedente de la República Popular China es lo que supone esta Blind shaft, historia que gira en torno a dos malhechores especializados en embaucar incautos a los que llevan a trabajar a minas como si fueran parientes, los matan y cobran la indemnización correspondiente. Pero cuando el nuevo primo resulta ser un adolescente, hijo de su última víctima, la maldad de uno de los canallas se cuartea.
Tenebrosa historia, no sólo por lo oscuro de los escenarios naturales de las minas, sino también, y sobre todo, por la sordidez de los protagonistas, en contraposición al cándido jovenzuelo, el filme de Li Yang no es para tirar cohetes y con frecuencia induce al bostezo, pero en su conjunto tiene interés: hay una interesante pintura de los personajes centrales, uno sin escrúpulos y el otro convertido en asesino para poder pagar el colegio de su hijo.
Hay también una cierta denuncia de los bajos fondos del teóricamente idílico régimen comunista, con su prostitución, sus asesinos y sus funcionarios corruptos. Eso sí, nada especialmente fuerte, no se vaya a molestar el camarada Presidente, que ya sabemos cómo se las gastan en la República Popular de ojos rasgados con los que siquiera pudieran parecer disidentes…