Pelicula: Es difícil contemplar en España cine producido en Rumanía; en los últimos años apenas se ha estrenado un par de títulos, La muerte del Señor Lazarescu y 4 meses, 3 semanas, 2 días. No deja de ser curioso que, con independencia de su temática, el cine rumano moderno, por las escasas muestras que nos llegan, comparte invariablemente varios elementos singulares: quizá el más llamativo sea el estilo: las películas rumanas que nos llegan están dotadas siempre de un ritmo sosegado, como resultado de un tratamiento a base de largos planos-secuencia, de varios minutos cada uno, en los que los actores entran y salen de plano, dicen sus diálogos, interactúan; otra de las características es el realismo: no hay lugar, al menos en el cine rumano que nos llega, para la fantasía, todo lo que se ve es, o puede ser real; el tercer elemento peculiar podría ser la temática, siempre de corte costumbrista, cotidiana, con asuntos propios de la vida diaria, aunque a veces lleven aparejados temas más graves (la agonía en La muerte del Señor Lazarescu, el aborto con sevicias varias en 4 días…).

En esta Boogie se mantienen esas tres características, si bien en este caso no hay un asunto grave de por medio, salvo que consideremos como tal la juerga que se corre el protagonista cuyo apoyo da título a la película, un chico que frisa los treinta años, con mujer e hijo de cuatro años, pequeño empresario que se gana bien la vida y que pasa unos días de vacaciones en las playas de su país en el Mar Negro; allí se encuentra por casualidad con dos amigos de su época de estudiante, y el gusanillo de volver a disfrutar de la juventud irredenta, de la libertad adolescente, le gana, y los tres se entregan a una noche de alcohol y sexo. Ello le costará un disgusto con su esposa, aunque finalmente la sangre no llegue al río…

La impresión que da este tipo de cine que hoy día domina Rumanía es alternante: por un lado, uno se admira de la facilidad que tienen estos directores para hacer interesantes temas banales (aquí los juegos de los padres con el niño, las copas de la pareja y los viejos amigos en el hotel, la juerga en la bolera), con esas largas parrafadas entre los personajes contando naderías; por otro, produce cierta resistencia al no estar acostumbrado ya el ojo ni la mente del espectador occidental a estas historias remansadas en las que no pasa casi nada, salvo un moderado conflicto conyugal, en el contexto de un individuo que, como Peter Pan, se niega a crecer y, a las primeras de cambio, desea volver, aunque sea sólo por unas horas, a vivir como cuando era un tipo sin responsabilidades.

Parábola sobre el miedo a crecer, Boogie es un filme interesante, que se ve con agrado a poco que uno se haga a su peculiar ritmo; no tiene la altura de los ilustres precedentes que hemos citado, pero seguramente no siempre se puede hacer cine excelso. A destacar especialmente la pareja protagonista: a él, Dragos Bucur, ya lo vimos en La muerte del Señor Lazarescu  y es un tipo de físico impactante que puede llegar lejos; ella, Anamaria Marinca, estaba espléndida en 4 meses…, y aquí, aunque en un papel menos agradecido y de menor entidad, vuelve a demostrar por qué la llaman constantemente del Reino Unido para actuar allí.

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98'

Año de producción

Boogie - by , Nov 10, 2008
3 / 5 stars
Peterpanescu