Clerks

Siguiendo la estela de los films ultrabaratos al estilo de El mariachi (1992) o Nola Darling (1986) (la cita al "joint" de Spike Lee no es ociosa; junto a Jim Jarmusch y Hal Hartley aparece en los títulos de crédito de esta Clerks, por, textualmente, "haber enseñado el camino" a su director, Kevin Smith), esta película independiente yanqui hecha con cuatro perras gordas y prácticamente dos únicas localizaciones (un supermercado astroso y un cutre videoclub) consigue algo realmente difícil, cual es contar una historia creíble y que, a pesar de su "look" inevitablemente casposo, resulte sumamente agradable.

Porque lo que pasa en un día frente a estos dos dependientes en sus respectivas tienduchas es un pedazo del mundo cotidiano: yonquis, paranoias, frustraciones y esclavismos, pero también humor, sexo, liberación y vida.

Contada con una verborrea siempre contagiosa y gratificante, la ácida ironía surge con facilidad en los labios de sus desconocidos intérpretes, que podrían dar sopas con honda a más de un endiosado actor supuestamente consagrado. Fresca y regocijante casi siempre, reflexiva cuando es necesario, poco importa que la caligrafía cinematográfica sea una de las más pencas que nos haya sido dado ver en un cine comercial; lo importante es lo que viene dentro del regalo, aunque éste haya sido envuelto en un papel de estraza grasiento.

(03-07-2002)