Danzón

He aquí una película que fue una de las estrellas del cine mexicano de los años noventa, invitado a varios festivales, entre ellos algunos españoles. El cine de aquella nacionalidad (aquí apoyado por Televisión Española, que coproduce, como valiosamente viene haciendo desde hace años con filmes hispanoamericanos) pareció conocer en aquella época un cierto renacimiento con el mandato del reformista Carlos Salinas de Gortari en la presidencia del país, aunque después la crisis económica pasó factura y la producción cayó en picado.

Danzón pasa por ser un filme, si no feminista, sí femenino, en la más amplia expresión del término. Esa afirmación la confirma el hecho de estar dirigido por una mujer, María Novaro, lo que es una apreciable novedad en aquella cinematografía, habitualmente tan machista; pero es que además sus personajes principales son mujeres, y también varios de los componentes del equipo técnico-artístico.

Por encima de todo ello, que pudiera ser circunstancial, lo importante es que el tema es también un asunto de mujeres: una madre, una hija, un baile semanal con un cincuentón pinturero, una desaparición, una bajada a los infiernos; todo ello en una obra que no puede calificarse de lograda pero que tampoco resulta ofensiva; se deja ver, y en sus buenas intenciones tiene su mejor baza.