Pelicula:

A pesar de que algunos se empeñan en decir que el western está muerto, cada temporada aparecen unas muestras que demuestran que no es cierto, aunque no se hace con la profusión de otros tiempos, pero sí que se nos presentan con unas características distintas, lo que por otro lado es una muestra de una cierta evolución.

Deuda de honor transcurre en la región de Nebraska en 1855, en un perdido pueblo en el que Mary Bee Cuddy, una solterona campesina mandona, lleva una solitaria vida en esa lejana localidad del medio oeste, deseosa de tener un hombre a su lado que le dé hijos, pero no es muy agraciada y todos la rechazan. Cuando el pastor de la iglesia busca a alguien para llevar hasta un lejano pueblo de Iowa, donde han de ser curadas, a tres esposas en una carreta, porque las duras condiciones de la vida que han llevado las han sumido en la locura por distintos motivos, ella se ofrece voluntaria en lugar del hombre al que le ha tocado en suerte, pero necesitará a alguien que la guíe y contará con la ayuda de Briggs, un delincuente que se encuentra por el camino, al que salva de la horca, con la condición de que la acompañe y le ayude en el duro trayecto. El viaje estará lleno de peligros, desolación, indios, hambre, soledad y problemas con las mujeres debido a su enfermedad.

En la película se muestra el machismo imperante en la época que ha provocado la demencia de las esposas e incluso los malos tratos en alguno de los casos, que vemos en imágenes retrospectivas rompiendo la lineal narrativa de la acción, cuyo guion, basado en la novela de Glendon Swarthout, publicada en 1988, da un giro inesperado en el tercio final que sorprende al espectador y que creemos no tiene una justificación para que así ocurra.

En el género western no es muy habitual que la protagonista sea una mujer, aquí interpretada por Hilary Swank, quien comparte su protagonismo con Tommy Lee Jones, que también asume la dirección en el segundo título de su filmografía, tras el notable debut que hizo con Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005), en el que crea una atmósfera emocional minimalista. Junto a los protagonistas está Grace Gummer que es la hija de Meryl Streep, que también tiene una breve aparición al final.

La producción corre a cargo de Luc Besson, en un género nada habitual en él, más habituado al thriller y al cine de acción, lo que llama la atención, con una bella fotografía de Rodrigo Prieto de paisajes abiertos espectaculares, una acertada planificación que le da a la cinta un tono pausado, lento, que no se asemeja en nada al cine que el francés suele producir, pero que no es óbice para mantener el interés del espectador.

Es un western diferente, bellísimo, bien dirigido, con una buena banda sonora de Marco Beltrami.


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122'

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Deuda de honor - by , Dec 01, 2015
2 / 5 stars
El hombre de la casa