Pelicula:

Julio Coll es un nombre fundamental del cine español de los años cincuenta y sesenta; en un cine sin tradición de hacer policíacos, suyo fue el guion de la primera incursión de nuestro cine en el género negro, con Apartado de Correos 1001 (1950), que dirigiría Julio Salvador, y posteriormente, ya pasado a la dirección, nos ofreció varias muestras de “cinema noir” más que interesante, en filmes como Un vaso de whisky (1958), Ensayo general para la muerte (1963) o esta Distrito Quinto, en la que Coll adaptó la obra teatral original de Josep Maria Espinàs.

Barcelona, en los años cincuenta. Un grupo de cinco hombres ha atracado una empresa el día de cobro de la paga extra, aprovechando que uno de ellos trabaja en la sociedad y la conoce por dentro. La acción se desarrolla ya en el piso que comparten (en habitaciones alquiladas al propietario, que también vive allí, práctica habitual en la época), a donde van llegando los cinco hombres por separado. Pero el que lleva el dinero, llamado Juan, se retrasa, y todos empiezan a temer que no vuelva y se fugue con el botín. Entre tanto esperan a Juan (casi como al Godot del teatro del absurdo), van recordando cómo lo conocieron y las circunstancias que les llevó a todos a dar el golpe.

Distrito Quinto es una de esas películas que hacen pensar en lo que hubiera podido dar de sí la cinematografía española si no hubiera estado encorsetada por la Censura de la época y las directrices políticas y culturales (por decir algo…) del régimen franquista. Este filme fue torpedeado por el gobierno, prohibiendo partes del guion, concediéndole la peor de las calificaciones a efectos de subvención y procurando la peor distribución posible, como así ocurrió. A pesar de todo, Julio Coll consiguió el Premio a la Mejor Dirección (además del Premio al Mejor Actor, para Alberto Closas, y al Mejor Guión, para el propio Coll) del muy franquista Círculo de Escritores Cinematográficos, que dieron aquí el do de pecho galardonando una película mal vista por los celosos gobernantes que velaban por nuestra moral, cuando mejor hubieran velado por el bienestar de los ciudadanos.

Y visto desde los ojos de la Censura, ciertamente les debía de repatear una historia como esta, en la que no existían los típicos buenos sentimientos de los personajes del cine que ellos fomentaban, donde casi todos son unos parias, o unos delincuentes, o están en camino de serlo. Gente corriente, con sus ambiciones, sus deseos (¡a finales de los años cincuenta, con varias escenas con evidentes insinuaciones sexuales!), sus secretas pulsiones. Formalmente notable, con un uso muy inteligente de la profundidad de campo, Distrito Quinto es una de las joyas del escaso cine negro de la época, evidentemente muy influida por el cine de ese mismo género que se hacía en Estados Unidos y Francia, de los que bebe, con naturalidad, Julio Coll. Curiosamente, la historia es bastante similar a la que, varias décadas después, supuso el bautismo cinematográfico en la dirección de Quentin Tarantino, Reservoir Dogs (1992)

Notable reparto, con un Alberto Closas que bordó su personaje malévolo, una rara ave en el panorama cinematográfico español; también muy bien Arturo Fernández, en una época en la que aún hacía buen cine, antes de dedicarse a la comedieta casposa, aunque se revistiera de (supuesta) clase. De los demás me quedo con una Montserrat Salvador que interpreta lo más parecido a una vampiresa que tuvo el cine español de la época, una mujer que exudaba sensualidad, en una época en la que hablar de sexo, siquiera insinuarlo, era tabú en el cine (bueno, en cine y en todo…).


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Duración

94'

Año de producción

Distrito Quinto - by , Feb 24, 2017
3 / 5 stars
Esperando a Juan (o Godot)