El cuarto mandamiento

Todavía fresco el impacto demoledor que supuso Ciudadano Kane (1941), Orson Welles afronta este espléndido melodrama generacional de negros tintes, la decadencia de una familia norteamericana a lo largo de los años, una bellísima pero desoladora crónica sobre la degradación humana.

Contando con sus actores predilectos (Joseph Cotten, Agnes Moorehead, Ray Collins...), aunque no con el que más lo fue (él mismo, sustituido para la ocasión por Tim Holt, un sosias perfecto del propio Welles), el gran Orson chocó de frente con unos productores cegatos que no entendieron la majestuosa maravilla que estaban ayudando a alumbrar.

Con todo y haber sido masacrada, Los magníficos Amberson (traducción literal del título original del film, que en España se retituló extrañamente El cuarto mandamiento) permanece como una obra maestra de rara densidad, de extraordinaria fotografía e interpretación, una cumbre en la filmografía wellesiana, que es como decir del cine de todos los tiempos.

(10-09-2004)