Pelicula: Es curioso, porque tengo la impresión de que la idea sobre la que germinó la novela original, y obviamente la película El lago azul, parte de una de esas interrogaciones que a veces se hacen los escritores y guionistas: ¿qué pasaría si…? Y a continuación alguna situación imprevista que poder desarrollar a partir de esa premisa inicial. Aquí parece que la pregunta habría sido: ¿qué pasaría si, en vez de un buen salvaje como imaginaron los románticos franceses, fueran dos, chico y chica, los que crecieran en un entorno inocente hasta llegar a la adolescencia y, ¡ay!, a ese momento en el que las hormonas bullen? Pues no sé si era la idea de Henry De Vere Stacpoole, el novelista irlandés que escribió en 1908 la obra original, pero si no fue así, se le parece mucho…

Sobre esa historia, aprovechando los nuevos vientos más liberales que en cine se respiraban desde principios de los setenta, al comienzo de los años ochenta Randal Kleiser, que venía de un éxito estrepitoso con la mítica Grease, dirige esta historia de dos niños salvados de un naufragio junto con un viejo marinero, que vivirá el tiempo suficiente para que los pequeños tengan una base suficiente para sobrevivir. Después, cuando vayan creciendo en la idílica isla del Pacífico en la que se han refugiado, la parejita afrontará con naturalidad el descubrimiento del sexo, del amor, aún sin conocer ni por qué surge ni, obviamente, sus consecuencias.

El lago azul sería, entonces, algo parecido a un experimento, pero también una tesis: el ser humano es bueno por naturaleza, como decían los románticos franceses, pero también en su crecimiento se darían los mismos hitos que en el de los animales (sin entender esto como nada peyorativo: nada puede serlo en la Naturaleza): lo normal es, precisamente, que cuando llegue el momento de la reproducción, los seres vivos se apareen: ¿sexo? ¿amor? Quién sabe. En cualquier caso, una curiosa variante del mito del buen salvaje.

Desde luego, viendo la película es evidente que Kleiser planteó la historia con una mirada de “voyeur”: los elegidos para representar a los niños salvajes no fueron precisamente la gorda de la clase y el niño de los granos, sino dos yogurines, Brooke Shields y Christopher Atkins, que solazan al espectador con sus perfectos cuerpos adolescentes.

Con independencia de ese tema central (el natural descubrimiento del sexo, el despertar a la sexualidad en dos chicos absolutamente desconocedores del tema), hay otros, como la divinidad, la ley, el paraíso, que aparecen intermitentemente enriqueciendo un relato que, de todas formas, está pensado antes para placer de mirones que para otras digresiones de mayor altura.

Es curioso que los principales participantes en este filme posteriormente conocieron una ruinosa carrera artística: el director Randal Kleiser, que tras haber hecho la mentada Grease y esta El lago azul, que también fue un éxito comercial, sin embargo se encenagó después en una serie de olvidables productos de serie B, cuando no Z, sin volver a brillar nunca más. Pero es que eso mismo le ocurrió a la protagonista, la entonces lanzadísima Brooke Shields, que ya había despuntado en su vidrioso papel de prostituta infantil en La pequeña, de Louis Malle, y después de El lago azul hizo otro filme del que se esperaba mucho (aunque dio poco…), Amor sin fin, de Franco Zeffirelli, para después perderse en una miríada de trivialidades y TV-movies; tres cuartos de lo mismo pasó con el chico, Christopher Atkins, que tras este filme, su debut en la gran pantalla, hizo Los piratas, la versión al cine de la opereta de W.S. Gilbert The pirates of Penzance, para después encadenar uno tras otro una larga serie de productos infumables que no tuvieron repercusión alguna.

La lujuriante (y lujuriosa, diría yo…) fotografía de Néstor Almendros fue nominada al Oscar, aunque no lo ganó. El director de fotografía español, aunque emigrado a Cuba y con una espléndida carrera en Francia (Rohmer, Truffaut, Schroder) y Estados Unidos (Malick, Benton), sí obtendría la preciada estatuilla precisamente por su trabajo en Días del cielo, de Terrence Malick.

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104'

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El lago azul - by , Mar 08, 2014
2 / 5 stars
Los buenos salvajes