Función privada

El británico Malcolm Mowbray debutó en la dirección de largometrajes tras foguearse en la realización de series de televisión en la BBC, lo que equivale probablemente al mejor aprendizaje que pueda tener un cineasta para llegar a dominar todos los resortes del audiovisual. Esta Función privada narra las peripecias de las fuerzas vivas de un pueblecito inglés en la postguerra, ante la tesitura de celebrar adecuadamente la boda de la entonces princesa Isabel y Eduardo de Edimburgo, teniendo en cuenta que, aunque la Segunda Guerra Mundial había terminado dos años antes, seguía habiendo importantes carencias de suministros de alimentación. Los lugareños del pueblo conciben entonces la idea de cebar clandestinamente un cerdo para sacrificarlo con motivo de tan magno evento…

Las trapisondas que se suceden alrededor del marrano darán lugar a una simpática comedia, en alguna forma tocada por el espíritu de los Monty Python; no en vano en el filme interviene Michael Palin, uno de los componentes de la célebre “troupe” cómica inglesa. Malcom Mowbray confirma que conoce los resortes para hacer sonreír al espectador con ese humor británico que, a veces, hace excursos en el “grotesque”, como en esta ocasión. En el reparto destaca la siempre eminente Maggie Smith, dotada tanto para el drama como para la comedia, pero también otros actores interesantes, desde el mentado Palin a Pete Postlethwaite y Denholm Elliott.