Pelicula:

Está visto que la carencia de ideas en el cine norteamericano ya empieza a ser preocupante. Hace 16 años que se hizo la anterior, y tan costeada (y tan fracasada), versión de Godzilla, con Roland Emmerich, el cineasta alemán instalado hace años en Hollywood, a los mandos. Bueno, pues ya tenemos aquí otro blockbuster con el mismo protagonista, aunque con una historia que marca ciertas distancias (no demasiadas…) con respecto al filme del germano-americano.


Aquí se ha optado por acercar la historia a su origen, a las humildes películas que la productora nipona Toho realizara a partir de mediados de los años cincuenta, con toscos efectos especiales pero gran éxito popular. Se hicieron cientos de filmes sobre el tema, fundamentalmente en Japón. El cine USA lo ha adaptado ya dos veces, con gran parafernalia, pero parece que no le “pillan” el punto…


Los guionistas juegan en esta nueva versión de la historia del monstruo con el tema nuclear, y atribuyen la abundancia de pruebas atómicas durante las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta no a tests realizados por las superpotencias, sino precisamente a intentos de acabar con ciertas bestias mutantes que asolaban el ámbito geográfico japonés. El comienzo, situando la historia en un contexto que recuerda poderosamente la catástrofe de la central nuclear de Fukushima, parece enlazar precisamente con ese nexo del miedo nuclear, latente en la creación del inicial Gojira (que así se llamaba en Japón este monstruo de tamaño rascacielos y aspecto como de T. Rex “king size”), pero también con un evento de nuestro tiempo, ese desastre que desencadenó en las costas niponas el tsunami del año 2011. Así que parece que Gareth Edwards y sus guionistas han querido hacer un guiño y volver a los orígenes, pero con unos medios técnicos infinitamente superiores. Pero, ¡ay!, me temo que también han vuelto a los orígenes en cuanto a la insustancialidad de aquellas viejas historias, tan plagadas de incoherencias y disparates como este nuevo, costeado y no mucho mejor filme.


No se sostiene el armazón argumental, con una elemental línea a vueltas con unos mutantes (llamados “mutos”, tampoco se han partido mucho el coco con el nombre…) dispuestos a merendarse toda la energía del planeta, y de paso dejarlo hecho unos zorros, y un Godzilla en plan general Custer con su Séptimo de Caballería, que llega en el último momento (y varias veces, además) para salvar al muchacho y a la Tierra; digo yo que en eso no demuestra gran inteligencia: si después de lo que está haciendo la especie humana con el planeta, destrozándolo a conciencia, aún hay algún supuesto animal dispuesto a salvarnos el pellejo, es que su padre putativo debía ser un tal Sacher-Masoch…


Película que ni siquiera consigue elevar el nivel de adrenalina en el espectador, que es a lo que debe aspirar, lícitamente, un filme de acción, resulta involuntariamente feísta, quizá por esa sensación sucia que parecen conllevar inevitablemente los actuales efectos especiales digitales, como si su oscurecimiento y su emporcamiento les permitiera tapar sus defectos, una táctica marrullera que, digámoslo ya, cada día es más frecuente en este tipo de cine. Apuntemos en su haber, sin embargo, algunas imágenes impactantes: los paracaidistas lanzados en caída libre, con una iridiscente bengala roja adherida en uno de sus pies, dibujando en el cielo, aparentemente de forma involuntaria, un fantasmagórico friso de tonos bermejos, en un último intento por evitar la coventrización de la ciudad, quizá del mundo.


Gareth Edwards consiguió cierta relevancia con su anterior filme, Monsters, pero aquí parece sobrepasado por el gigantismo de la producción, con lo que supone dirigir a un auténtico ejército de técnicos, actores, especialistas, extras, con una logística como para librar una guerra. Así es difícil ser exquisito: o eres el general Patton, o la película te come con papas…


Entre los actores brillan dos veteranos como Juliette Binoche y Bryan Cranston (sí, el protagonista de la serie Breaking bad), con papeles relativamente cortos pero muy superiores al pipiolo Aaron Taylor-Johnson. También hay que destacar uno de nuestros secundarios favoritos, David Strathairn, como siempre impecable, haciendo humano cualquier personaje, por duro y monolítico que pueda parecer.



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123'

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Godzilla (2014) - by , Nov 03, 2018
1 / 5 stars
¿Un T. Rex o el general Custer?