Joy (2010)

Esta película se pudo ver en la Sección Oficial del Sevilla Festival de Cine Europeo 2010 (SEFF’10).

De la cineasta holandesa Mijke de Jong se conoce en España su anterior filme, Katia’s sister; es una directora especializada en temas sociales, y Joy no es una excepción. Se nos narra aquí la historia de una chica, huérfana abandonada por su madre en un orfanato, que desea a toda costa conocer a su progenitora, para lo que consigue enterarse del domicilio en el que vivía cuando ésta la alumbró. Comienza a vigilar a la supuesta madre, a la espera de poder recuperarla.

De Jong no está en esta ocasión tan afortunada como en la mentada Katia’s…: aquí la protagonista, una asocial traumatizada por su orfandad y por la carencia de una familia al uso, parece enfadada con el mundo por su problema; al novio lo machaca porque el chico, serbio, tiene una familia numerosa, bien avenida y calurosa; a su mejor amiga, que está embarazada, la envidia secretamente porque va a tener la familia que ella desea; la madre idealizada que se ha forjado en su cabeza resulta no corresponderse con la realidad, ser alguien mucho más vulgar, más normal, lo que la impele a una violencia irracional.

Así las cosas, la historia de esta huérfana (nada que ver con la huerfanita por antonomasia, Blancanieves…) resulta estomagante a fuer de antipática: el problema de Joy no es que sea asocial, que lo es, sino que no sabe qué hacer con su vida. Pero ni la forma en la que se nos cuenta la historia, ni la historia misma, nos termina de llegar.

Hay mucho tema social más importante que los pájaros en la cabeza, los castillos en el aire que se forja esta huérfana. Formalmente la película busca el desaliño típico de este tipo de productos, recordando poderosamente el cine de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne; en especial este filme recuerda a Rosetta, una de las obras más conocidas de los combatientes cineastas belgas.

No es este el cine social que necesita el momento actual; Mijke de Jong, tan esforzada, debería apuntar mejor. Para este viaje no necesitamos las alforjas de su cine comprometido.