Los atracadores

CRITICALIA CLÁSICOS

Disponible en Movistar+ y FlixOlé.

(El lector interesado en el cine negro clásico catalán puede consultar también el artículo Una aproximación geográfica al cine policíaco español (I). El duopolio Madrid-Barcelona durante el franquismo).

Francisco Rovira Beleta quizá sea más conocido por haber sido el primer cineasta español, en época tan inhóspita para nuestro cine como los años sesenta, en pleno franquismo, en conseguir la nominación al Oscar a la Mejor Película en Habla No Inglesa para dos de sus películas, Los Tarantos (1963) y El amor brujo (1967), en ambos casos musicales de hondo (jondo, habría que decir, más apropiadamente) sentido dramático.

Pero Rovira Beleta tiene también un lugar destacado en la Historia del Cine Español, y quizá de mayor relevancia que por sus musicales flamencos, por su trilogía de cine negro, un género “rara avis” en la España de Franco, y que curiosamente donde más y mejor se cultivó fue en Cataluña, con directores como el propio Rovira Beleta o sus contemporáneos Julio Salvador y Julio Coll. Esa trilogía del cine negro está compuesta por Hay un camino a la derecha (1953), El expreso de Andalucía (1956) y esta Los atracadores (1961), culmen de la serie.

Barcelona, a comienzos de los años sesenta. Tres jóvenes muy dispares se hacen amigos: Vidal, hijo de papá, estudiante, tiene una mente privilegiada pero está traumatizado por un asunto familiar, así que se siente atraído por actuar fuera de la ley, como si ello le compensara de sus carencias parentales; Ramón, llamado Chico, trabajador en una fábrica, sueña con despuntar en el fútbol; y Carmelo, llamado el Compare, un marginal que vive en la calle desde que lo echó de su casa su padre, está obsesionado por la violencia. Los tres deciden, bajo la batuta de Vidal, llamado por ambos El Señorito, adentrarse en la senda de la delincuencia a través de atracos que realizan en farmacias y similares; su habitual despedida de “muchas gracias” les otorga en la prensa el mote de la Banda de los Corteses. Pero cuando en el atraco a un cine matan al gerente, ya no habrá marcha atrás…

Los atracadores es un formidable ejemplo de cine negro, de cine policíaco a la española. Sobre la novela de Tomás Salvador, el genio de Rovira Beleta, como guionista y director, consigue una de las cumbres del género en la cinematografía española. Es relevante la descripción de personajes, la clara identificación de cada uno de ellos, en especial el rol del Señorito, el cerebro de la banda y sin el que los otros dos no hubieran dado el paso hacia el crimen. El hijo de papá, frustrado por la hipocresía paterna, que predica rigidez y buen comportamiento pero no cumple con sus propios postulados, le lleva a una huida hacia adelante, arrastrando a sus amigos en sus correrías con las que quiere silenciar su corazón torturado. Magníficamente narrada, con un pulso y un ritmo espléndidos, Los atracadores es también un film tremendamente osado para la época, poniendo en escena personajes marginales como prostitutas y proxenetas, hoteles que funcionan como picaderos sexuales y oscuras tramas que atraen a jovencitas para turbios asuntos sexuales.

Aunque el film presenta un aspecto que aparenta ser ejemplarizador, el tono nihilista del trío protagonista, la sensación de desaliento que lo recorre, desbarata en buena medida esa intención, aunque el mensaje que finalmente envía es el de la necesidad de que la sociedad sea y se comporte con arreglo a sus normas, pero también la imperiosa precisión de que sea el cariño el que rija las relaciones familiares y que seamos capaces de dar a la juventud motivaciones que la haga crecer.

Buen trabajo del trío protagonista, en especial el francés Pierre Brice, actor de largo recorrido, pero también Julián Mateos, en un personaje fascinante en su falta de sesera y en su búsqueda de sensaciones fuertes que llenen su vacío existencial. Entre los secundarios aparece, en su primer papel cinematográfico, Sonia Bruno, que años más tarde se convertiría en un pequeño mito nacional, hasta que en 1969 se casó con el futbolista del Real Madríd José Martínez “Pirri” y abandonó la interpretación.

(25-03-2017)