Pelicula: Para realizar su cuarto largometraje el director galo Stéphane Brizé, que ya demostró sus buenas maneras en su segunda película, No estoy hecho para ser amado (2005), que tenía una emotiva historia de amores solitarios, eligió, hace ya algún tiempo, la novela de Eric Holder, y con la ayuda de Florence Vignon escribió el guión de la misma.

Jean es un modesto constructor, casado con Anne-Marie y padre de un hijo al que ayudan a hacer los deberes de clase. Un día conoce a su maestra, Mademoiselle Chambon, y ésta le ruega que dé una charla a sus alumnos explicando su profesión y al término de la misma le pide que le haga un trabajo en su casa. De ese conocimiento nace una relación amorosa, silente y callada, que de alguna manera viene a romper lo que es la rutina diaria de Jean. Aunque nunca ha sido infiel a su esposa, se le presenta la ocasión de ensayar una nueva vida, de comenzar un camino diferente ante una mujer educada, culta, guapa, inteligente, delicada y frágil, distinta a su cónyuge.

En contra este romance tiene también ciertos problemas: romper con su familia, la fuerza de la sangre, su hijo, su esposa que se ha quedado recientemente embarazada... El guión sigue con bastante fidelidad la novela y en parte la reelabora y la mejora ideando algunas prolongaciones a determinados pasajes de la misma. Toma la obra literaria de básica inspiración para la escritura del guion y así poder trasladar a imágenes lo que en la literatura se sirve de las palabras, lo que dicen las voces interiores y los pensamientos de los personajes.

Stéphane Brizé resuelve muy bien la puesta en escena a base de miradas, sin apenas diálogos, que a veces dicen mucho más que las palabras.

Hay un acentuado contraste entre estos dos personajes, por un lado la rudeza de un hombre cuyo trabajo es duro, viril, y por otro la sutileza y el refinamiento de la maestra amante de la música, que toca el violín.

El cine francés muestra una vez más una gran sensibilidad para rodar estas pequeñas historias sin muchas pretensiones. Son relatos sencillos que más que interesar por lo que cuentan lo son por la manera de expresar las emociones de estas personas modestas y honradas que se ven inmersas en unos amores imposibles con una emotiva forma de narrarlos.

Un correcto trabajo el del actor Vincent Lindon, con una notable respuesta de la actriz Sandrine Kiberlain, que fue su esposa durante un tiempo en la vida real.

Logró el César del cine francés al mejor guión adaptado y los Premios Especial del Jurado y el de la FIPRESCI en el Festival de Estambul.

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100'

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Mademoiselle Chambon - by , Jun 10, 2011
2 / 5 stars
Una silenciosa historia de amor