Pelicula:

Desde que comenzó la guerra civil en Siria más de cuatro millones de habitantes han huido de la violencia y la muerte, casi la mitad niños. Este documental refleja el drama de los refugiados desde el punto de vista de los más pequeños e indefensos, enfrentados a las mafias, a los peligros del mar y a un futuro incierto en una nueva tierra con frecuencia hostil a su llegada. El guion recoge siete historias de esos niños llenas de dolor, sufrimiento, desesperación, sobre el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial, a los que las cámaras siguieron durante un año.

Esta es la segunda experiencia de este tipo que lleva a cabo el periodista argentino y director Hernán Zin, tras su anterior documental, de corte parecido, titulado Nacido en Gaza (2014), que realiza en torno a los refugiados que aparecen en los telediarios, tratando de humanizar sus historias concentradas en las víctimas más indefensas como son los niños, testigos silenciosos de las barbaridades de la guerra y sus consecuencias físicas o traumáticas para el resto de sus vidas, como la de uno de ellos que vio dos personas decapitadas dentro de un coche que aún le produce pesadillas mientras duerme. Al mismo tiempo se nos muestra su inocencia, valor, esperanza, espíritu de superación de las adversidades y nos invita a reflexionar sobre cómo estamos reaccionando ante esta crisis.

El 40 por ciento de las víctimas son menores de edad. Son ya cinco años sin las mínimas condiciones de vida que les han hecho emprender una huida sin precedentes. La película da voz a esos niños desde la salida de su país hasta llegar a Europa pasando hambre, frío, sin comida, sin agua para beber o ducharse durante varias semanas y sin las necesidades básicas de no tener donde dormir o hacer sus necesidades, sufriendo las consecuencias de los bombardeos, como el niño quemado en parte de su cuerpo debido a una bomba de gasolina en la que murió su padre y aún no lo sabe.

La mayoría son familias rotas, alguno de cuyos miembros logró huir antes y trata de traer a los suyos a Alemania, Turquía, Serbia, Hungría, Bélgica, Austria, Grecia o al país donde viva ahora, puesto en manos de abogados que a veces no le resuelven el problema de sus papeles para traerlos consigo. Sobre todo los pequeños añoran a sus madres y nos rompen el corazón cuando les vemos hablar con ella en la distancia a través de un móvil o un teléfono mientras ambos lloran o echan de menos a los hermanos con los que jugar, mientras han de enfrentarse al problema de tener que aprender otro idioma con el que comunicarse ya que es imprescindible para hallar trabajo o recibir asilo.

Las historias se van cruzando, comenzando por el rescate masivo en el mar para continuar el viaje por los caminos de Europa o en los campos de refugiados cuyas condiciones distan de ser óptimas, a los que sigue la realización de este documental, a veces abusando de la cámara superlenta, algo innecesario puesto que las imágenes tienen la suficiente fuerza para no necesitar de subrayado de este horror que a veces se intenta ocultar, o haciendo de contraste y desmentido de lo que pregonan algunos políticos que después no cumplen sus promesas, pero siempre haciéndonos ver una realidad que no nos ofrecen los medios de comunicación de esos millones de personas que recorren miles de kilómetros con los pies destrozados y teniendo que huir de la policía que, sin corazón, divide a una familia, perseguidos como delincuentes por no tener papeles con permiso de residencia.

El film nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad del resto del mundo de reaccionar ante esta situación ocasionada por una crisis sin precedentes. Ganó el Premio José María Forqué al mejor documental y está nominado al Goya y al CEC al mejor documental.


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86'

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Nacido en Siria - by , Jan 30, 2017
2 / 5 stars
Un Vía Crucis cruel