Pelicula:

Taylor Hackford es un productor y director norteamericano que durante el siglo XX tuvo una carrera que, desde el punto de vista comercial, fue bastante apañada. Su gran éxito en aquella época fue, sin duda, Oficial y caballero (1982), que entronizó (junto a otros films de aquellos años de otros directores, como American gigoló y Yanquis) a Richard Gere como mito erótico masculino de los años ochenta. Hackford se atrevió después con un remake más o menos libre del clásico de cine negro Retorno al pasado (1947), de Jacques Tourneur, en un film que se llamó Contra todo riesgo, que parecía por el título estar patrocinado por una casa de seguros... Durante los ochenta y noventa tuvo algunos éxitos aislados, como Cuando me enamoro (1988), con Jessica Lange y Dennis Quaid, Eclipse total (1995), sobre la novela Dolores Claiborne de Stephen King, con una gran Kathy Bates, y Pactar con el diablo (1999), con Keanu Reeves y un muy apropiado Al Pacino en el papel del demonio. En el siglo XXI apenas ha tenido algún título de interés, como el biopic sobre Ray Charles, Ray (2004), y poco más.

El mismo año, 1985, en el que Gorbachov ascendía a la cúpula del poder en la todavía poderosa URSS, Estados Unidos aún se permitía hacer aportaciones a la causa de la Guerra Fría como este film perpetrado por Hackford, perteneciente a su época más interesante, los años ochenta.

Kolya es un bailarín de élite de ballet clásico que desertó de la URSS ocho años atrás. Ahora, por un aterrizaje de emergencia en una base de Siberia (que ya es casualidad...), es obligado a convivir durante un tiempo, para su “reconversión”, con  otro bailarín, en este caso norteamericano, que desertó a la inversa, de su país a Rusia.

Lo cierto es que el planteamiento ya es tirando a marciano, y el maniqueísmo también es bastante delirante en su contraposición de Occidente como paraíso y Oriente como prisión, sin matices. Se trata, en efecto, de una inanidad que no ha resistido ni medianamente bien el paso del tiempo. Lo único realmente valioso lo ponen los auténticos bailarines Mikhail Baryshnikov y Gregoy Hines y las estupendas coreografías que se marcan; ambos tuvieron una aceptable carrera como actores, aunque era evidente que lo suyo era bailar. Entre los intérpretes de verdad destacan las siempre estupendas Helen Mirren y Geraldine Page, y la hipnótica presencia de la hija de Roberto Rossellini e Ingrid Bergman, Isabella Rossellini.

La película ganó un Oscar y un Globo de Oro, ambos para Lionel Richie, por su preciosa canción Say you, say me.


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Género

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Duración

136'

Año de producción

Noches de sol - by , Jul 02, 2019
1 / 5 stars
Los bailarines desertores