Pelicula: Tengo una confesa debilidad por las antiutopías; si, además, estas se plantean en universos cerrados y claustrofóbicos, y con una plausibilidad razonable, más aún. Pero eso, por supuesto, no me obnubila a la hora de evaluar un filme, y no porque su temática sea más sugerente tendrá un mayor aprecio en mi estima. Este es el caso de “Pandorum”, una historia en principio sugestiva, pero cuyo desarrollo echa por tierra las interesantes premisas argumentales. Se plantea una situación que, por qué no decirlo, será un hecho, salvo catástrofe (quiero decir que el planeta se vaya al carajo antes de tiempo por algún iluminado que nos reduzca a cachitos; vale, diremos protones, que queda más “cool”…): en el siglo XXIII la superpoblación mundial, algo así como casi cinco veces la actual, hace imposible la vida sobre la Tierra, porque no habrá recursos no ya para los que actualmente no comen, sino tampoco para los que suelen comer.
Así las cosas, parece lógico que el espíritu aventurero del ser humano mire al horizonte, que en este caso no podrá ser el mar Atlántico de los españoles del siglo XV, ni las inmensas praderas del Far West de los norteamericanos del siglo XIX, sino que será el espacio, la búsqueda de un planeta de características similares al nuestro que entonces ya agonizaría de puro expolio. Tendríamos entonces una inmensa nave, una especie de arca de Noé, sin Noé, en el que la especie humana intentaría llegar hasta esa nueva Tierra Prometida (siempre estamos en las mismas…). Si en ese itinerario resulta que dos astronautas despiertan de su hibernación, temporalmente amnésicos, y encuentran que algo horrible les acompaña en la soledad del espacio sideral, la tensión, el suspense, el misterio debería estar servido…
Debería, porque para ello este estimulante guión debería haber contado con una dirección más curtida que la que aporta el alemán Christian Alvart, que confunde profundidad con confusión, y lo que debía ser un interesante relato de anticipación científica, con sus hibernaciones, sus incógnitas, sus temas cuasi filosóficos, se convierte en una ensalada de disparates, con algunos momentos de interés, en los que casi siempre aparecen los bestiales humanoides que parecen emparentados con el monstruo de “Alien” (una de las más influencias en este pastiche de temas ajenos), unos bichos que, a fuer de remotamente humanos, resultan aún más espantosos. Pero no es suficiente con el buen hacer del departamento de maquillaje y efectos especiales, porque la película, en su conjunto, resulta demasiado confusa, y este “Pandorum” de sugerente título, que podría haber tenido una enjundia y un interés, se queda en una pamema, una tontería que no llega a interesar realmente.

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108'

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Pandorum - by , Nov 24, 2009
1 / 5 stars
Confusión