Pelicula: En la filmografía de Alfred Hitchcock podemos distinguir, claramente diferenciadas, tres etapas: una primera época de películas mudas, un segundo período de films sonoros, realizados en buena parte en Inglaterra, y un tercer apartado formado por sus cintas norteamericanas.

Esta tercera etapa es la más interesante, ya que se inicia con la realización de Rebeca (1940), y al mismo tiempo con la creación del llamado “suspense”. Desde este momento empieza a ser Hitchcock un director verdaderamente interesante, aunque no se le reconociera su categoría hasta mucho más tarde. Siempre se le consideró como un director comercial que hacía buenos productos, que llevaba a los públicos masivamente a las salas cinematográficas. Pero los que así pensaban parecían tener una venda en los ojos, porque el maestro del “suspense” siempre fue un auténtico creador. Recuérdese, por ejemplo, el famoso plano circular de 360 grados y 300 metros de La soga (1948). Téngase siempre presente que bajo la peripecia, el aparente espectáculo, siempre late en el trasfondo un problema importante.

Hitchcock, descubridor del “suspense”, hace en Recuerda (1945) gala de su hallazgo.

En este caso es la adaptación de la novela La casa del Doctor Edwards, de Francis Beeding, que nos da un caso de psicoanálisis desde el punto de vista policíaco, de la que hace un estupendo guion Ben Hecht, en el que los sueños son expresados a través de los decorados de Salvador Dalí. Un tema tan interesante como la psiquiatría no podía quedar inédito para este director. Con mano diestra de un maestro nos pone en el camino y tan sólo hay que dejarse llevar de su pericia. Con ella nos introduce poco a poco en un mundo exótico, sumergiéndonos en su ámbito fascinante, desconocido para muchos, y que, una vez en él, nadie puede resistirse a sus encantos.

Hitchcock tiene perfecto conocimiento de la técnica, domina la iluminación con escenas de gran belleza de encuadre y logros perfectos de ambientación. Como buen inglés, sabe manejar también el fino humorismo que le caracteriza, mezclando junto con la intriga algunas reminiscencias de sus primeras comedias. Es un maestro de la narración, y si de Billy Wilder se dice que es el hombre de los dobles finales en sus películas, él lo supera, sacándose de la manga sus cartas al final de la partida y sorprendiéndonos con cada as para triunfar, dominando la tensión y llevando al espectador mucho más allá de donde había imaginado.

No comprendemos que, después de haber visto Recuerda, se pueda decir que Hitchcock no sea un maestro. Para quien piense así, nosotros aplicamos la frase de William Shakespeare con la que comienza la película: “La culpa no es de las estrellas, sino de nosotros mismos”. Miklos Rózsa ganó el Oscar a la mejor música.

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111'

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Recuerda - by , Jul 03, 2013
5 / 5 stars
Suspense y psicoanálisis