Pelicula:

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Lone Scherfig es una cineasta danesa que se ha hecho un nombre con dramedias en su país como Italiano para principiantes (2000) y Wilbur se quiere suicidar (2002), y que posteriormente ha dado el salto al cine británico con An education (2009), que fue muy elogiada y estuvo nominada a tres Oscar. Ahora ha hecho esta nueva dramedia en Inglaterra, Su mejor historia, ambientada en los duros años de la Segunda Guerra Mundial en los que Londres era bombardeada un día sí y el otro también por la siniestra Luftwaffe, la poderosa aviación nazi.


Estamos a principios de los años cuarenta, tras la llamada Operación Dinamo, en la que el Alto Mando Británico repatrió en pocos días a más de trescientos mil soldados (entre ellos también franceses y belgas) ante el empuje en el continente de la Wehrmacht, el entonces omnipotente Ejército de Tierra alemán. Sobre esa operación, que tuvo como puerto de salida la localidad francesa de Dunkerque, se fantaseó con el hecho de que muchos botes y barcazas civiles británicas cruzaron el Canal de la Mancha para rescatar soldados, hasta el punto de crear la leyenda de una auténtica proeza por parte de los pescadores y dueños de elementos flotantes ingleses, cosa que parece ser se exageró notablemente.

Sobre esa sobredimensionada hazaña la directora y productora británica Lissa Evans ha escrito una novela, Their Finest Hour and a Half, que la directora danesa ha llevado a la pantalla en esta Su mejor historia, que imagina las trapisondas de un grupo de artistas seleccionado por el Ministerio de Información británico para hacer cine propagandístico que elevara la moral de la población, tomando ese accidentado rescate como tema para una película. A los guionistas habituales se les sumará una joven que aportará la visión femenina al film, y del que uno de los escritores, calladamente, se enamorará. Pero la bella está casada con un pintor, aunque la relación entre ellos no es ideal. En la escritura del guion y en el rodaje se darán mil y una anécdotas hasta que la película que están filmando tome carta de naturaleza, a gusto de todos…

Su mejor historia pertenece de alguna forma a ese universo de la comedia inglesa (aunque esté dirigida por una cineasta escandinava) que recuerda poderosamente el cine que Michael Balcon produjo para los Ealing Studios, un tipo de comedia inteligente, que movía a la sonrisa cómplice antes que a la risa, por supuesto en absoluto a la carcajada. Era el tipo de cine que hizo inmortal gente como Alexander Mackendrick en filmes como El hombre vestido de blanco (1951) o El quinteto de la muerte (1955), si bien es cierto que aquí se acentúan los aspectos dramáticos que en el cine producido por la Ealing eran menos evidentes. Pero el tono es ese, el de la comedia inteligente, aquí con irisaciones románticas, en un contexto de época, con buena recreación ambiental (ese Londres bajo las bombas, tantas veces visto en la pantalla, tan reconocible) y apreciable interpretación.

Scherfig tiene buena mano como directora, y pone en imágenes esta película tibiamente feminista que reivindica el papel de la mujer también durante las guerras, en este caso en la retaguardia, en la compleja y no siempre bien valorada tarea de enjaretar películas que mantengan la moral de la ciudadanía, tan castigada en esos durísimos períodos. Es verdad que se le podría pedir al film algo más de brío, lo que en las películas de la Ealing era proverbial, y que Scherfig no siempre consigue aquí, pero es ciertamente un pero menor. Lo cierto es que el film resulta agradable, aunque a ratos parezca una especie de “making off”. Un final inesperadamente infeliz, aunque con matices, es también una apuesta un tanto arriesgada en un género y un tipo de cine generalmente conservador y que no suele tolerar de buen grado salidas de tono como la que aquí se ofrece.

Germma Arterton está muy bien como la joven que encontrará su auténtica vocación en la escritura de películas, a la vez que el verdadero amor, agazapado tras una relación de trabajo; Arterton hace, para nuestro gusto, su mejor papel hasta la fecha. Pero el que, como cabía esperar, está estupendo, es Billy Nighy, el viejo actor de carácter, inolvidable en personajes como el que encarnaba en Love actually, aquí en un rol diametralmente opuesto, que él cincela como nadie, en la mejor escuela de los veteranos actores ingleses, siendo un digno sucesor de un Alec Guinness, ya que aludíamos a las películas de los Ealing Studios.

El conjunto es amable, no insulta a la inteligencia y, en general, se sigue con agrado. No es una obra maestra, ni seguramente lo procuraba. Es cine razonablemente bien hecho, con valores no especialmente radicales. No es mucho, pero tampoco se le pedía más. Quizá finalmente su valor sea el de recordarnos que, como dicen en un momento del film, una vida tan precaria (especialmente en época de guerra, añadimos nosotros) es un derroche malgastarla. Así que, finalmente, resulta ser un “carpe diem” en tiempos de zozobra…


(19-07-2017)


 


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117'

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Su mejor historia - by , Jan 25, 2023
2 / 5 stars
Una vida tan precaria