Pelicula:

La aventura americana que emprendió a principios de los años ochenta Manuel Summers, rodando en suelo yanqui la que quizá fuera su película más ambiciosa, Ángeles gordos (1980), se salda con un estrepitoso fracaso comercial. Ello arruina al director sevillano, también productor (como prácticamente en todas sus películas), obligándole a cambiar de nuevo el rumbo, como tuvo que hacer varias veces a lo largo de su carrera.

Será entonces el momento, en 1982, de To er mundo e güeno. La fórmula era conocida, porque en los años sesenta Televisión Española había emitido ya un programa titulado Objetivo indiscreto, en el que, con una cámara oculta y una serie de colaboradores (entre ellos un impagable Simón Cabido, que años después conseguiría la popularidad con su personaje de Doña Croqueta) que ejercían de “ganchos”, se colocaba a personas de la calle en situaciones absurdas; la película de Summers, con un esquema muy parecido, funcionó muy bien en su humor elemental, ciertamente pedestre, basado en esa comicidad que surge de enfrentar a gente corriente con cosas inusitadas y surrealistas, como la famosa escena del león en el urinario público.

Al comienzo aparece en pantalla el propio Summers hablando a cámara, diciendo que “to er mundo e güeno menos yo y una panda de entrañables gamberros amigos míos, que me han ayudado mucho para demostrar eso, que todo el mundo es bueno”. Summers sigue diciendo que esta es “una cacería, las víctimas son la gente corriente, planteamos situaciones surrealistas y filmamos con cámara oculta”. El cineasta sevillano culmina esta introducción jurando solemnemente sobre la Biblia que en todo lo que se ve en pantalla no hay trampa ni cartón...

En el film se suceden los gags, comenzando con el de la cabina telefónica a la que se le acorta el cable para que el enano Enrique, uno de los “ganchos” de Summers, pueda pedir a los desprevenidos viandantes que lo aúpen para poder llamar por teléfono; como este se irán sucediendo los gags, algunos más afortunados que otros, aunque lo cierto es que, algo más de cuarenta años después, la película ha envejecido mal, con escenas reiterativas que es posible que en su momento movieran a la risa, pero que hoy por hoy apenas lo consiguen. Queda también la duda de si Summers y los suyos se ríen “de” la gente o “con” la gente, lo que no es precisamente lo mismo, aparte de que algunos gags, como el del hombre injustamente acusado por una mujer y un falso policía de haberla agredido sexualmente, parece de muy mal gusto, suponiendo una muy cuestionable banalización de la violación; eso aparte de que el mal rato que le hacen pasar a este pobre diablo no tiene nombre...

Este tono bastante elemental confirma que, como es sabido, siempre es fácil contentar a públicos poco formados, a los que evidentemente iba dirigido este endeble producto, sin mucho más recorrido. Por otra parte, algunos gags están demasiado alargados, como el del capitán dirigiendo el barco desde tierra junto a un pobre infeliz, en el que ese supuesto oficial naval, que se llama a sí mismo “capitán Rivero” (Rivero era el segundo apellido de Summers), lo interpreta el propio Manuel.

To er mundo e güeno fue una película barata, cuya notable repercusión taquillera (con más de 1,3 millones de espectadores) movió a Summers a repetir la jugada hasta dos veces más, en 1983 con el título de To er mundo e mejó, y en 1984 con el título de To er mundo e demasiao; sin embargo, la taquilla fue decreciendo a ojos vistas (en torno a 650.000 y 270.000 espectadores, respectivamente)  y pronto fue evidente que ese venero ya estaba agostado.

(16-02-2024)


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84'

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To er mundo e güeno - by , Feb 16, 2024
1 / 5 stars
Un nuevo "Objetivo indiscreto"