Pelicula:

El teatro es, a qué dudarlo, uno de los primeros (si no el primero) de los afluentes del cine, desde el principio de los tiempos; no es el único, porque el cinematógrafo, como sabemos, bebe de todas las modalidades artísticas: fotografía, arquitectura, novela, música, danza, pintura, poesía… para mezclarlas y hacer algo radicalmente distinto: ése es el prodigio… Pero el teatro, por su carácter de historia contada, tuvo un papel primigenio en la creación del cine que hoy, más de siglo y cuarto después del nacimiento del llamado Séptimo Arte, se mantiene.

Así, no es extraño que grandes éxitos comerciales sobre las tablas se sigan llevando al cine. Es el caso: Toc Toc es una comedia original del autor francés Laurent Baffie, estrenada en 2005 en el Théâtre du Palais-Royal, en París, con gran repercusión de público, y en su versión española en 2009 en el Teatro Príncipe-Gran Vía, en Madrid, donde aún continúa en cartel cuando se escriben estas líneas. La historia es la de seis personajes aquejados de TOC, el acrónimo de Trastorno Obsesivo Compulsivo, que confluyen en la consulta de un afamado psicólogo que va a pasar consulta en la ciudad pero viene de viaje desde fuera del país. El doctor se retrasa, al parecer por problemas con los vuelos, mientras los seis pacientes, para entretener el tiempo, se van presentando y contando las manías que les llevan a visitar al médico: uno está aquejado del síndrome de Tourette (explosiones de involuntarios exabruptos verbales, generalmente de corte sexual), otro de aritmomanía (constantemente está haciendo cálculos sobre cualquier cosa cotidiana) y también del síndrome de Diógenes (acumulación desmedida de basura), la tercera padece síndrome de verificación (tiene que comprobar muchas veces cuestiones comunes como llevar las llaves encima, cerrar grifos, etc.), otra tiene nosofobia (ha de lavarse las manos con inusitada frecuencia, tiene miedo cerval a microbios, bacterias y similares), un quinto está obsesionado con la simetría y con no pisar rayas, y la sexta tiene a la vez palilalia y ecolalia (repite dos veces todo lo que dice y de vez en cuando repite estentóreamente la última sílaba de la frase de otra persona).

Por supuesto, la película sobre el TOC por antonomasia es Mejor… imposible (1997), la divertida comedia de James L. Brooks que contó con un impagable Jack Nicholson como el mejor maniático del mundo. En Toc Toc película tenemos sobredosis de manías; en principio, nada que objetar: todo es susceptible de ser tratado con humor, incluso este tipo de patologías que pueden hacer desdichada la vida de las personas que las padecen.

El problema, desde el punto de vista cinematográfico, que es el que nos corresponde, es que Toc Toc, como película, mantiene en exceso la estructura teatral, de tal manera que, salvo unos minutos al comienzo, y otros tantos al final, todo sucede dentro de las cuatro paredes de la consulta del doctor que no termina de llegar, todo ocurre a base de diálogos entre los personajes, lógicamente cargados de las distintas fobias de cada uno de ellos. Es cierto que la acción fluye con cierta ligereza, pero también que apenas se nos da oportunidad a la sonrisa, a pesar de que la confrontación de caracteres y patologías se hubiera prestado a ello. Por supuesto, hay cine basado en teatro que apenas si se airea y es muy buen cine, pero para eso hay que ser un director especialmente dotado para ello; no parece que sea el caso del valenciano Vicente Villanueva, formado en Madrid (graduado en el Instituto de Cine), cuya carrera, hasta ahora, está plasmada en siete cortos y tres largometrajes, siendo estos últimos Lo contrario al amor (2011), Nacida para ganar (2016) y el que estamos comentando. Sus anteriores empeños en largos de ficción pasaron más bien sin pena ni gloria, y en este caso, quizá apoyado en la obra teatral, es posible que tenga una mayor repercusión, al menos comercial. Sin embargo, no se puede decir que la versión haya sido brillante: lo que sobre las tablas de un escenario es válido no tiene por qué serlo en un set cinematográfico, y aquí la teatralidad es evidente, y no solo en la falta de “aire” en la trama, sino también en los diálogos, exageradamente artificiales, lo que, si en teatro es aceptable, no lo es en cine. Tampoco una planificación elementalmente televisiva ayuda demasiado a empatizar con el film.

El reparto se comporta aceptablemente, aunque me temo que Paco León vuelve a hacer un personaje que ya le tenemos visto con anterioridad, no parece que lo haya matizado mucho; para mi gusto, la mejor es una Alexandra Jiménez que se transforma en su personaje, una adicta a la limpieza “ad nauseam” (no sé si el latinajo es el más adecuado, dado su problema…); también Rossy de Palma, desde su veteranía, compone atinadamente un rol que es manifiestamente reconocible; de los demás me quedo con una jovencísima Nuria Herrero, de todavía corta carrera, que insufla frescura y verdad a su acongojado papel. Al argentino Óscar Martínez, sin embargo, lo vemos por debajo de su nivel, que generalmente es magnífico: aquí no parece entrar nunca en su personaje, tal vez por su dualidad (como se descubre al final, que no “spoilearemos”).

Bien está que el cine español haga buenas taquillas: es fundamental para la industria. Pero lo que no se puede pedir es que digamos que es buen cine lo que no es bueno: es el caso.


(11-10-2017)


 


Toc Toc - by , Jun 05, 2022
1 / 5 stars
Seis personajes en busca de un doctor