Pelicula: Qué cierto es que una buena idea, mal desarrollada, puede ser un peñazo de consideración. He aquí un caso de libro; el filme parte de una idea notable: imaginemos por un momento que, por causas desconocidas (y que se nos da una higa conocer), las imágenes catódicas, informáticas, electrónicas (y todas las esdrújulas tecnológicas que se les ocurran) desaparecieran de buenas a primeras, dejaran de poderse ver a través de los múltiples canales actuales: televisores, monitores de ordenador, pantallas de móvil… ¿Qué ocurriría? Seguramente una catástrofe, al menos en términos psicológicos, tras muchos años de adicción a la imagen como icono, centro y eje de nuestra civilización.
Pues hay dos formas de afrontar el tema, que es desarrollarlo en condiciones: una, con una historia estimulante que atraiga la atención del espectador; y otra, destrozándola mediante un guión imposible, con personajes que parecen extraídos de una mala película de ciencia ficción (citar a Ed Wood no es ocioso…), con unas situaciones absolutamente marcianas y con unas interpretaciones como para echar a correr.
El director, Roland Vranik, se ha criado profesionalmente a la sombra de Béla Tarr, y de esta forma ya empieza a entenderse este pestiño: Tarr es un cineasta al que cierta crítica papanatas europea ha encumbrado, viendo en sus interminables travelines y su desesperante morosidad visual algo más que la inanidad que lleva dentro su cine. Pues imaginen un epígono suyo que carece de, al menos, el estilo de Tarr: una plasta, una castaña incomestible.

Dirigida por

Género

Nacionalidad

Duración

90'

Año de producción

Transmission - by , Nov 12, 2009
0 / 5 stars
“Mono” de caja tonta