Enrique Colmena

Traducimos el enigmático título de este artículo: “3 días”, con 4 premios, triunfa en los 9 días que ha durado el 11 (undécimo, si hay que decirlo con el numeral correspondiente) Festival de Cine Español de Málaga, cuyos premios se entregan hoy, sábado 13 de Abril de 2008. El triunfo de “3 días” es tanto más estimulante cuanto que se dan en esta película varias circunstancias especialmente interesantes: es un producto netamente andaluz, producido al alimón por Maestranza Films, la productora sevillana a la que corresponde el mérito indiscutible de haber propiciado el actual “boom” del cine andaluz, gracias al éxito inesperado, a finales del pasado siglo (dicho así parece que fue hace cien años: no han pasado más de siete), de la estupenda “Solas”, de Benito Zambrano; y coproducida, como decimos, por la malagueña Green Moon España, la productora hispana de Antonio Banderas, admirablemente implicado en dar oportunidad a nuevos autores andaluces para que puedan hacer un cine solvente y competitivo; pero es que, además, resulta que se trata de una película con toques de ciencia ficción, con un fin del mundo que sobrevendrá, lógicamente, en los tres días del título, siendo éste un género que sólo imaginamos, por razones obvias de presupuesto y expertos, en el cine USA; para rizar el rizo del interés, resulta que es una “opera prima”, la de Javier Gutiérrez (por cierto, desde aquí le animamos a quitarse la “F.” de Francisco que por ahora, al menos, mantiene en su nombre artístico: eso de “F. Javier Gutiérrez” hay que dejarlo para los americanos, que dicen “F. Murray Abraham” o “J. Lee Thompson” y se quedan tan panchos...), del que se puede decir sin faltar a la verdad que lo suyo ha sido llegar y besar el santo.
Claro que ahora falta que ese éxito tenga la debida repercusión comercial y crítica. La primera es un melón por calar; quizá el apoyo de la productora de Banderas pueda ayudar a que la gente se decida a ver una película sin actores de relumbrón y sin un director de renombre: ojalá. En cuanto al respaldo de la crítica, está por ver; lógicamente, me reservo mi opinión hasta que pueda ver el filme, pero mucho me temo que la crítica española, cada vez más copada por elementos nihilistas, le dé un volapié, como se dice en la jerga taurina, y la despache con dos adjetivos despectivos.
En cuanto al resto del palmarés, habrá que citar a “Todos estamos invitados”, de un histórico Manuel Gutiérrez Aragón, cuyo paso por la dirección de la SGAE no parece haber sentado muy bien: hace años que no aporta filme alguno de entidad; esperemos que éste, con el controvertido tema del terrorismo como fondo, sea su regreso a la primera línea de la creación cinematográfica en España; no estamos sobrados, precisamente, de talento, como para desperdiciarlo en tareas burocráticas.
Entre el resto de títulos premiados destacaríamos a “Cobardes”, la nueva apuesta del dúo Jose Corbacho/Juan Cruz, tras la interesante “Tapas”, ahora con el vidrioso asunto del acoso escolar; “Pretextos”, la opera prima como directora de una actriz tan estimulante como Silvia Munt; y “Fuera de carta”, producto comercial (dicho sea sin suponer desdoro alguno: ya sabemos que para mantener una industria, además de películas creativas, han de existir otras que mantengan un adecuado músculo taquillero y permita el mantenimiento de una maquinaria cinematográfica bien engrasada y, de paso, no ponga nerviosos a los políticos, con lo peligroso que es eso...) de Nacho G. Velilla, que se ha tenido que conformar con un premio “cantado”, el de Mejor Actor para un Javier Cámara que se adivina se lo pasó “pipa” con un personaje que se presta tanto a la sobreactuación.
El Festival de Málaga se consolida como el evento por excelencia del cine español, con una amplia y variada programación y un muy amplio seguimiento por parte de los medios de comunicación. Es una gran noticia, porque no están los tiempos como para desperdiciar buenas plataformas para el cine de nuestro país como la que supone este certamen. Así que, dicho lo cual, sólo nos queda desearles que les duren las pilas más que al conejito de Duracell...