Enrique Colmena

Ya está desvelada la incógnita: la Academia de Cine de España envía a su homóloga de Hollywood, como candidato al Oscar a la Mejor Película en Lengua No Inglesa a Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa, confirmando con ello las peores sospechas de los últimos días, cuando toda una campaña, sutil pero bien orquestada, ha hecho presión para que sea esa cinta, y no otra, la que nos represente en el Teatro Kodak de Los Ángeles, todo ello si la Academia, en las nominaciones que se revelarán en Febrero del año próximo, tiene a bien incluirla entre las cinco candidatas al Premio. Y no es que ésta sea una mala película. Tiene sus valores, aunque no es la obra maestra que más de uno, y de dos, ha querido ver. Pero lo cierto es que se trata de una cinta que no cuadra absolutamente para nada con los criterios ni las posturas ideológicas dominantes en la Academia de Hollywood, que al final es la que decide a quién da sus galardones. El hecho de que esté Javier Bardem al frente del reparto se ha citado como una de sus bazas, dado que el actor es ya bastante conocido en Estados Unidos, tras sus incursiones en filmes de habla inglesa como Antes que anochezca o recientemente Pasos de baile. También se ha dicho que el hecho de que estuviera nominado al Oscar al Mejor Actor por el primero de esos filmes también jugaba a favor del drama de Fernando León. Pero todo eso es filfa; la verdad es que la Academia USA difícilmente va a votar por un filme de corte ideológico nítidamente de izquierdas, donde un puñado de parados por la reconversión naval sobreviven como pueden y, sobre todo, intentan mantener el tipo. Pero su tono acre, su crítica acerba hacia la sociedad capitalista, cuando no su nihilismo exacerbado (esa farola que rompe el personaje de Bardem, como si con ello recompusiera su dignidad; pobre farola, qué culpa tendría...), su descalificación de los que, en esa tesitura, optan por trabajar aunque sea en oficios distintos al suyo, como el "segurata" (pintado aquí como un individuo tuerto, feo, malencarado... igualito que el personaje de Bardem, aunque sea con barriga de pega y entradas postizas), no son precisamente avales ante un auditorio, el de los académicos norteamericanos, que no se puede decir que sean precisamente unos rojos redomados. Es cierto que las otras dos opciones tenían sus problemas. En el filme de José Luis Garci, Historia de un beso", el hecho de ser cine antiguo, en el peor sentido del término, si bien es cierto que su director es uno de los pocos que conoce bien Hollywood desde dentro, desde que en 1982 consiguió este mismo Oscar por Volver a empezar. Para mi gusto la opción adecuada podría haber sido Hable con ella, que tiene varias características que interesan en Hollywood: una, es de un cineasta bien conocido por ellos, Pedro Almodóvar, al que ya le dieron un Oscar en 1998, por Todo sobre mi madre; dos, porque se trata de un melodrama, género muy apreciado por aquellos lares; y tres, porque su historia de amor, entre la abnegación y la abyección, es lo suficientemente atractiva como para que pueda encandilar a un público perito en cine. Dicho todo lo cual, y una vez que ha quedado claro que creo que la opción de Los lunes al sol ha sido un fallo garrafal, que conste que me encantaría no sólo que esta película fuera nominada por la Academia de Hollywood en febrero próximo, sino que, llegadas las idus de Marzo, se llevara el Oscar. Pero, ¡ay!, me parece que me voy a quedar con las ganas de tener que envainármela, qué lastima...