Enrique Colmena

El estreno de "La gran aventura de Mortadelo y Filemón", el clásico cómic que Ibáñez alumbró hace ya cuarenta y tantos años, probablemente el dibujo infantil más famoso jamás creado en España, pone de nuevo en candelero esa novedosa tecnología cinematográfica que se ha dado en llamar infografía, y que ha facilitado considerablemente la traslación de los personajes de dibujos, animados o no, a la pantalla grande con actores "de verdad".
La peculiar morfología del "cartoon" impidió durante mucho tiempo versiones verosímiles de personajes tales como Bugs Bunny o el pato Lucas, razón por la que los primeros en ser llevados a la supuesta realidad (si es que hay alguna realidad más allá del caos...) fueron los superhéroes fantásticos, desde "Supermán", con nada menos que cuatro entregas interpretadas por Christopher Reeve, pasando por "Spider-Man", primero en cutres episodios en los años setenta para, en 2002, revestirse con los costosos ropajes de la superproducción, hasta "El increíble Hulk", que pronto veremos de nuevo en la gran pantalla, ahora con la dirección del taiwanés Ang Lee, que sirve igual para un roto que para un descosido... No digo nada de los dibujos del superhéroe más ambiguo, el Hombre Murciélago y su nunca aclarada relación con Robin, el adolescente con el que comparte, ejem, su vida; en cine hemos visto ya, de la serie "buena" (hubo algún título anterior, de los años sesenta, tan penco como "kitsch"), hasta cuatro títulos, y ahora parece que nada menos que Christopher Nolan (el muy interesante director de "Memento" e "Insomnio") está siendo tentado para rodar el quinto (esperemos que no sea malo, como dice el aforismo español...) capítulo.
Pero los dibujos más iconoclastas, como los radicales Looney Toones de la Warner, por ejemplo, son complicados de poner en carne y sangre; así que, por ahora, nos conformamos con sosas versiones de "Los Picapiedra", el clásico troglodita de Hanna-Barbera, o de "Asterix", del que ya se han hecho dos películas con las mollas de Gerard Depardieu en el papel de los michelines de Obélix. Incluso hasta hace un año se especuló con una versión cinematográfica de nuestro "Capitán Trueno", con la pavorosa amenaza de ser dirigida por el "enfant terrible" del cine español (uy, perdón por el insulto, quiero decir vasco...) Juanma Bajo Ulloa, también conocido como Juanma Bajo Mínimos.
De una forma u otra, la infografía que permitió a Steven Spielberg crear los maravillosos dinosaurios de su Saga Jurásica o a Jim Carrey ser aún más dibujo animado de lo que ya es en "La máscara", está permitiendo lo imposible: que el cómic deje de ser un monigote en dos dimensiones para cobrar grosor, tomar cuerpo y parecer real. Con todo, parece claro que la corrosividad surrealista y el don de la ebriedad propios del "cartoon" difícilmente podrán ser trasladados a un universo realista, por muy disparatado, extravagante y estrafalario que se pretenda.