Enrique Colmena

No creo que los actuales dirigentes de SEFF, por mera cuestión de edad, conocieran la iniciativa que, allá por 1984, imaginó el equipo director del IV Festival Internacional de Cine de Sevilla, a la postre última edición de aquel certamen. Pues aquella iniciativa que no pudo concretarse por esa desaparición fue el llamado “festival permanente”, que pretendía mantener la tensión de exhibición cinematográfica en la ciudad durante todo el año, al margen de las fechas concretas en las que se celebraba el certamen. Pero como aquella fue la última edición (por razones aciagas que los que lo vivimos conocemos, y los que no lo vivieron, lógicamente, están en la inopia), el “festival permanente” se quedó sólo en el nombre y la intención.

Hasta ahora, porque el sucesor natural de aquel viejo certamen de los años ochenta, el ahora llamado Sevilla Festival de Cine Europeo (SEFF, en sus siglas en inglés), ha presentado una más que interesante iniciativa, el #seff365, que viene a ser, seguro que sin saberlo, heredera de aquel nonato “festival permanente”.

La idea es más que loable: se trata de mantener durante todo el año una serie de proyecciones, encuentros y citas de corte cinematográfico, que mantengan el pulso del festival no sólo en sus días señalaítos (valga la expresión, ya que estamos en Sevilla…), sino durante todo el año.

De esta forma, en todos los casos en el Teatro Alameda de la capital hispalense, y a partir del 31 de marzo de 2016, comienzan una serie de actos que prometen mucho. De entrada, en esa fecha se proyectará Bone Tomahawk (2015), el extrañísimo postwestern caníbal del novato S. Craig Zahler, un filme raro como él solo, pero sin duda estimulante, aunque desde luego no apto para estómagos delicados… Para entendernos podríamos estar hablando de un cruce entre Holocausto caníbal, El silencio de los corderos y Centauros del desierto, una mezcla abigarrada pero que, sin embargo, es de lo más resultona. Kurt Russell hace convincentemente el papel que hubiera podido interpretar John Wayne si viviera.

Para el 7 de abril está prevista la proyección de Informe General II. El nuevo rapto de Europa (2015), la nueva película del cineasta catalán Pere Portabella, nombre fundamental del cine de Cataluña y España, productor de algunos de los mejores filmes españoles de los años cincuenta y sesenta, como El cochecito, Los golfos o Viridiana, y director de una filmografía críptica, por ello escasamente visible en los circuitos cotidianos, con filmes tan especiales como Informe general sobre unas cuestiones de interés para una proyección pública (1977), Puente de Varsovia (1989) y El silencio antes de Bach (2007), películas extrañísimas, fruto de la mente de un poeta, un político, un pensador y un productor, todo en una sola persona. Portabella asistirá a la proyección y mantendrá un encuentro con los asistentes.

La proyección prevista para el 21 de Abril es la de un clásico restaurado, Sayat Nova. El color de la granada (1968), la obra maestra de Serguéi Paradzhánov, el cineasta georgiano que pasó las de Caín durante el régimen comunista, pero cuya carrera se reputa como una de las más sólidas, también más complejas, del cine ruso. Esta su obra maestra ha sido restaurada recientemente por mediación, entre otros mecenas, de Martin Scorsese, y verla en pantalla grande ha de ser, sin duda, una gozada.

Para finales del mes de Abril, concretamente para el jueves 28, está prevista la proyección de El incendio (2015), producción argentina dirigida por Juan Schnitman, uno de los nuevos valores de la siempre interesante cinematografía de la república suramericana, película que viene precedida de unánimes buenas críticas, en lo que es el primer filme en solitario del bonaerense, tras su debut en comandita con Andrés Estrada con la interesante Grande para la ciudad (2007).

Una de las peculiaridades del #seff365 es su eclecticismo, y el hecho de no ceñirse, como ocurre con el SEFF propiamente dicho, a las cinematografías europeas, como ya se ha visto en algunos de los títulos programados en este “festival permanente” (si se nos permite la expresión, entre lo nostálgico y lo vintage…). En esa línea, el día 3 de mayo está prevista la exhibición de la película surcoreana Niebla (2014), la opera prima como director de Shim Sung-bo, que cobró notoriedad como guionista de la prestigiosa Crónica de un asesino en serie (2003). El filme de Shim viene también precedido de buenas críticas, y nos acercará una cinematografía pujante de la que, sin embargo, nos llegan pocas muestras.

La última actividad de las por ahora anunciadas dentro de #seff365 será la prevista para el 25 de mayo, con la proyección de la nueva película de Juan Cavestany, Esa sensación (2016), que codirigen también Julián Génisson y Pablo Hernando. Cavestany ha conseguido notoriedad por algunos filmes tan curiosos como Gente en sitios (2013), y se espera con expectación su nueva obra, aquí con autoría compartida y con tono que combina comedia, romanticismo y heterodoxia, que ya es una mezcla explosiva.

De nuevo lo diremos: #seff365 es una más que elogiable iniciativa. La fórmula del festival de cine al uso parece ir quedándose obsoleta conforme las nuevas tecnologías van acorralando a las formas tradicionales de ver cine; al mismo tiempo, la concentración de una gran cantidad de filmes en un muy corto espacio de tiempo termina siendo un despilfarro irracional, al impedir que el espectador pueda optar a ver ni siquiera el veinte por ciento de los títulos programados. De esta forma, que se pueda extender el festival (aunque, lógicamente, en proporciones mucho más reducidas) a lo largo del año no puede ser más que una excelente idea. Enhorabuena a sus fautores (aunque no sepan que están haciendo lo que se quiso hacer treinta años atrás…).


Pie de foto: Kurt Russell, un sheriff de lo más clásico en Bone Tomahawk.