Enrique Colmena

La directora catalana Rosa Vergès se hizo famosa (dentro de lo que cabe...) allá a principios de los años noventa con una deliciosa comedia, juvenil y romántica, titulada "Boom, boom", que sobre todo en el área de influencia de su lengua vernácula, obtuvo un éxito bastante resonante. Aquella primera película como directora (aunque como guionista ya tenía experiencia en filmes como "Un par de huevos") hizo concebir esperanzas de que había nacido una nueva estrella en el universo de la comedia.
Su segunda película, también inscribible en el mismo género, "Souvenir", insistía en el humor inteligente, un poco a la manera de Woody Allen o de Edward Burns, pero con su propia personalidad, utilizando ya otros elementos más cosmopolitas que los puramente españoles. Sin embargo, la película no tuvo la resonancia de la primera, y aquel fracaso probablemente fue el germen de las dudas en la dirección a tomar por parte de la cineasta. Tanto es así que su tercer filme fue un musical, "Tic Tac", tan brillante formalmente como desastrosamente acogido en taquilla. Ese nuevo fiasco comercial parece empujar a Vergès a buscar nuevos caminos: así aparece el drama "Iris", ahora en cartel, una denuncia de todas las guerras que por su difuso generalismo resulta poco creíble. Y es que la directora catalana, como en el verso de Gertrude Stein "una rosa es una rosa" (sí, también en la versión libérrima en forma de canción, popularizada por Mecano), no parece apercibirse de que su afinidad artística, a pesar de algún tropezón en taquilla, está en la comedia inteligente. Esperemos que se dé cuenta, más temprano que tarde...