Asesinato... 1-2-3

En cuestión de títulos españoles de películas extranjeras, los hay buenos, regulares, malos, muy malos y después de los últimos está este Asesinato...1-2-3, que parece un cruce memo entre dos de los grandes éxitos televisivos de Chicho Ibáñez Serrador, ¿Es usted el asesino? y 1, 2, 3, responda otra vez...

Títulos mentecatos aparte (con lo bonito que hubiera sido titular directamente Asesinato por números, traducción literal del original), lo cierto es que este nuevo thriller del director Barbet Schroder, nacido en Irán, criado en Francia y asentado profesionalmente en Estados Unidos hace más de veinte años, nos confirma que el extraño predicamento de que aún goza entre cierta crítica nostálgica de la Nouvelle Vague (a la que, por cierto, nunca se adscribió) tiene que ver más con su supuesto y ya tan remoto gauchismo que con otra cosa.

Lo cierto es que este filme de penco título español presenta una nueva versión, muy libre, de la historia que ya contaran hace varias décadas Alfred Hitchcock en La soga, y Richard Fleischer en Impulso criminal, ambos nobles thrillers sobre la verídica historia de dos jóvenes, dotados de tan notabilísima inteligencia como inicua falta de compasión, que deciden cometer el crimen perfecto.

Aquí la detective será Sandra Bullock, con lo que ya está casi todo dicho; al principio nos la presentan como la poli de vuelta de todo, que instruye al pipiolo nuevo (por cierto, casi tan viejo como ella...) en la investigación policial científica, pero pronto entrevemos que hay un secreto que la persigue y al que, claro, tendrá que enfrentarse más temprano que tarde.

Toda la película gira en torno al asesinato porque sí (o por números, como dice el titulo original), las pruebas falsas dejadas por los adolescentes canallas y cómo nuestra detective supuestamente favorita no cae en ellas; y es que es más lista que los Rasputines sin barba... Pero no hay tensión argumental, ni el antipático personaje de Bullock ayuda gran cosa, sino que más bien estorba el correcto fluir de la narración, y el resto hace lo que puede; mención especial, eso sí, para el joven Ryan Gosling, el único del reparto que tiene pinta de llegar muy, muy lejos.