Cuando cae la noche

Es curiosa la similitud entre este apreciable filme canadiense y la película británica Priest (en España retitulada Sacerdote), que comparten parecida fecha de rodaje y estreno; en ambos se plantea la homosexualidad en personas que por su doctrina, la católica, se encontrarían teóricamente muy distantes de admitir tal tendencia erótica. En ambos casos también los protagonistas, mujer y hombre respectivamente, se encontrarán con el rechazo de su comunidad religiosa.

Cuando cae la noche reincide en la temática homófila que su directora, Patricia Rozema, afrontó ya con sensibilidad y originalidad en su anterior película, de tan hermoso título, He oído cantar a las sirenas. Con la variante de que una de las dos amantes es teóloga, se nos ofrece de nuevo una historia de amor, pespunteada por la incomprensión del entorno y los miedos de la propia religiosa, temerosa de haber encontrado su identidad precisamente en uno de los pecados más execrables dentro de su doctrina.

Película formalmente irregular, resulta sin embargo estimulante por su sinceridad y sencillez, porque trata de personas y problemas comunes, de sentimientos y deseos.