Pelicula: Desde hace mucho tiempo el cine ha tratado el tema de los dobles. No hay más que recordar cualquiera de las varias versiones que se han hecho de “El prisionero de Zenda”, en donde se usaba un doble para una situación peligrosa para el personaje principal.
Aquí el hecho se repite, pero no es ninguna emergencia, sino tan sólo para suplantar al Presidente de los Estados Unidos por un doble tras un discurso en un hotel, para poder de esta forma escaparse un rato de evasión. Pero surge el problema: un infarto pone en peligro la vida del presidente, y lo que iban a ser unas horas se convierten en días. Esto da pie a que un simple ciudadano de la calle, un pobre hombre, director de una humilde agencia de colocaciones, lo que le hace conocer de primera mano los problemas de los parados y el pueblo en general, tenga ocasión de poder dirigir el país por unos días y solventar algunos problemas que los dirigentes, obcecados por la macroeconomía, consideran como cuestiones pequeñas, pero que son realmente grandes e insalvables para la microeconomía de un pobre hombre sin trabajo.
La película no se queda ahí, en la simple comedia de unas situaciones cómicas, que en ese tono está tratada la cinta, sino que de camino hace alguna crítica a otros problemas del Poder y de los hilos que se mueven en los entresijos de los que no dan la cara, pero pueden influir en la política desde la sombra de una secretaría de Estado o manipulando actuaciones concretas del presidente.
La película recuerda en muchos momentos el cine de Frank Capra por la bondad que se desprende de algunas escenas y situaciones cómicas y por la blandura en la crítica sin acritud a instituciones y entidades políticas.
Ivan Reitman, director de interesantes películas como “Peligrosamente juntos”, “Poli de guardería” o “Los gemelos golpean dos veces”, siempre en un plano comercial, logra un producto bastante asequible que cuenta con una interesante pareja protagonista en las personas de los actores Kevin Kline (Oscar por “Un pez llamado Wanda”), que demuestra ser dúctil para la comedia, y Sigourney Weaver, que igualmente posee elegancia y personalidad suficientes como para representar a la Primera Dama de los Estados Unidos y dar respuesta adecuada a su oponente masculino.
Completando la balanza de aciertos, la música de James Newton Howard, con momentos bastante inspirados. En definitiva, una comedia para pasar un rato más que agradable.

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Duración

108'

Año de producción

Dave, presidente por un día - by , Sep 21, 2008
2 / 5 stars
Un Juan Nadie en la Casa Blanca