No se confunda este filme con su cuasi homónimo "Europa", de Lars von Trier. La película de Agnieszka Holland está coproducida por Les Films de Losange, la habitual productora de Eric Rohmer, lo que debería dar una pista de por donde van los tiros, aunque en este caso nos equivocaríamos. No estamos ante una comedia agradable y sencilla en su complejidad, como las del autor de "La rodilla de Claire" o la serie de los Cuentos de las Cuatro Estaciones, sino ante el drama de una identidad perdida en aras de no perder la vida.
Basada en una historia real, la película narra la atribulada existencia de un niño judío obligado a huir de Polonia primero, y de Rusia después, por la acometida de los nazis, a los que seducirá haciendo creer que es un chico ario. Escudado bajo una identidad falsa, y enalteciendo los valores de los que abjura, el chico pronto se verá encajonado entre su credo y su vida. Resulta interesante por su temática original, aunque la puesta en escena de Holland como directora no sea la más adecuada, un tanto acartonada e irreal.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.