Money

El cine español se ha apuntado desde hace unos años a la moda del thriller y la verdad es que le está dando buenos resultados. No hace falta mencionar títulos ya que son tan recientes que deben de estar presentes en la mente de todos. Money es el último ejemplo de lo dicho y a pesar de ser una ópera prima ha conseguido un debut más que aceptable.

Tras ser nominado al Goya por su corto Voice over (2013) y ganar el premio Méliès de oro al mejor cortometraje fantástico, el director español asentado en Norteamérica, Juan Pablo Martín Rosete hace su ópera prima en el largometraje con Money (2016), un thriller rodado en Estados Unidos, que cuenta con un reparto internacional, y que nos recuerda a los policíacos de los años 50, en el que dos amigos y compañeros, altos ejecutivos que trabajan en la misma empresa farmacéutica, acaban de conseguir cinco millones de dólares de manera ilegal sin decírselo a sus parejas. Sus planes se complican cuando esa noche, mientras cenan los cuatro juntos en una de sus lujosas mansiones, un supuesto vecino recién llegado a la urbanización, llama a la puerta para presentarse.

Éste, que conoce las intenciones de los dos, hará lo que sea por conseguir los millones y la reunión se convertirá en una noche de tensión y suspense, con exceso de violencia, volcando el peso en otros momentos en los diálogos.

El dinero es un factor clave en los negocios, pero hay ocasiones en las que los planes se truncan. Así le sucederá a los dos ejecutivos cuando ven que hay alguien más con el que no contaban que desata el drama y pone al descubierto sus miserias, con todos los reproches moralistas que merecen por su ambición, con un resultado desolador, en el que se van desatando los miedos, pero con una única cosa en la mente de todos: el dinero.

Un modesto y discreto thriller, algo claustrofóbico, realizado todo él en una casa y su jardín en dos semanas y con un corto presupuesto, que resulta muy entretenido, y que transmite esa sensación de tensión que han logrado otros títulos similares recientes, en el que desde el principio nos interesamos por la historia y en cuanto aparece la acción todo funciona de una manera más fluida.

Uno de los puntos fuertes del guion de Josep Ciutat es la evolución que sufren los distintos personajes de los que vamos conociendo algo más conforme avanza la trama y la situación se pone cada vez más tensa e interesante, hasta desembocar en un inesperado desenlace.

Un aceptable debut que cuenta una historia sencilla de la mejor manera posible, que no consigue ser un thriller redondo pero sí muy correcto, y que tiene una buena base y desde luego entretiene de principio a fin con el metraje justo, en el que no cuesta entrar y la parte última funciona muy bien, aunque tenga un argumento que no es nuevo y que hemos visto muchas veces.

La dirección demuestra tener buenos conocimientos del género para realizar esta cinta bien planteada que sorprende en la terminación de la historia. Habrá que confiar en Martín Rosete y esperar nuevos trabajos suyos; éste, de momento, nos convence de forma positiva y fue premiado en numerosos festivales internacionales.