Pelicula:

Este filme parte de la novela Mensaka de José Angel Mañas, el nuevo “niño terrible” (de los años noventa) de la literatura española y, junto a Juan Manuel de Prada y Lucía Etxeberría, uno de los más reputados valores de la nueva novela joven hispana. El encargado de la dirección será Salvador García Ruiz, que debutaría en esta función en la película, aunque no era en absoluto un recién llegado: aparte de haber ejercido en varias ocasiones como ayudante de realización, firmó junto a Arturo Pérez-Reverte el guión de Territorio comanche.

La historia de Páginas de una historia. Mensaka está narrada en clave realista: sus protagonistas son chicos de la calle, de extracción social media-baja. Tres amigos forman un grupo de rock más o menos “heavy”, y tienen puestas sus esperanzas en grabar un disco para una multinacional. Entre tanto, sus relaciones con sus novias son poco satisfactorias: uno es un donjuán redomado y en cuanto su chica da la vuelta, le pone los cuernos; otro, sencillamente, parece instalado en el aburrimiento de una relación que mantiene desde muchos años atrás; el tercero encuentra el amor, inesperadamente, en una yonqui. Cuando el ansiado concierto para grabar el disco llega, las disensiones entre ellos surgen, al mismo tiempo que sus relaciones de pareja parecen irse definitivamente al garete. Un ajuste de cuentas final está a punto de acabar con la vida de uno de ellos, que se gana la vida como mensajero (“mensaka”, en la jerga de la calle).

Sobre Páginas de una historia. Mensaka se ha hablado mucho en cuanto al gran trabajo de los actores y actrices. Es cierto: tanto Gustavo Salmerón, que hace el rol del “mensaka” del título, como Adrià Collado, como el ligón redomado, y Tristán Ulloa, como el tímido que acaba enamorándose de una drogata, pasando por Laia Marull como novia olvidada por un hombre del que es pareja desde demasiado pronto, hasta María Esteve como novia despechada del chico que va detrás de cualquier cosa con faldas, y terminando con la estupenda Lola Dueñas, que compone con verosimilitud y garra a la chica aherrojada por la heroína y al tiempo enamorada hasta las cachas de un muchacho demasiado lejano (en términos de clase social) de ella, todos están realmente soberbios.

Sin embargo, poco se ha dicho de quien ha orquestado todo ello; parece como si llamarse García Ruiz de apellido, no tener un vistoso nombre, fuera en detrimento del talento. Y la verdad es que, si todos los intérpretes están sublimes, en buena medida se debe al excelente trabajo, lleno de tacto y de verdad, de este director de apellidos corrientes, un hombre callado que hizo su trabajo con sensibilidad y buen hacer, en una primera película que en absoluto parece que lo es, de lo medida, sentida y creíble que resulta.

Superando el propio texto original del que bebe (la novela de Mañas no era especialmente buena, empeñado su autor, tildado de “niño pijo”, en demostrar que también sabe escribir sobre los jóvenes de clases desfavorecidas), la película de García Ruiz conecta con facilidad con ese tipo de cine realista que ha vuelto a ponerse de moda, con razón, en Europa, un cine que no vuelve la espalda a la realidad de las vidas y hechos de gente que no viste de Armani ni tiene acceso a grandes fastos de la vida social, que no conduce grandes coches sino que intenta hacerse un huequecito en el mundo.

Obra inconformista en su planteamiento, aunque lo sea de una forma velada, habla con verdad de cosas tan graves como la amistad, el amor, el odio, el ansia de triunfar: la vida misma, en una película que fluye ligera a pesar de tan grávidos asuntos como trata, porque lo hace desde la naturalidad, sin impostación ni afectación alguna. Obtuvo merecidamente varios premios, entre ellos para sus actores en Toulouse, y ganó el Goya al Mejor Guión Adaptado para Luis Marías.


Páginas de una historia. Mensaka - by , May 05, 2015
3 / 5 stars
Una historia rezumante de realidad