Esta película está disponible en el catálogo de Filmin, Plataforma de Vídeo Bajo Demanda (VoD), y en la sección Cine de la plataforma Movistar+.
Bong Joon-ho (Daegu, 1969) es uno de los cineastas más reputados del cine surcoreano de este siglo XXI. Aunque no ha rodado demasiados largometrajes (solo siete, incluido este), lo cierto es que ha conseguido merecida fama por ellos. En España conocemos la mayor parte de su filmografía; en especial han llamado la atención sus films The host (2006), una peculiarísima (y humorística) peli de monstruos antediluvianos en pleno Seúl; Mother (2009), una madre coraje con todos sus avíos, en el contexto de los suburbios de la capital surcoreana; Snowpiercer (Rompenieves) (2013), su primera aventura internacional, un film postapocalíptico curiosísimo, con una lectura “ferroviaria” de la lucha de clases; y Okja (2016), fábula animalista en la que también atizaba a los poderosos, una de sus constantes temáticas.
Con Parásitos vuelve a dar en la diana, e incluso diríamos que lo hace con más fuerza y pujanza. La historia se ambienta en el Seúl actual, en una familia empobrecida por la situación de desempleo del padre, que mora míseramente en un sótano y sobrevive como buenamente puede día a día. Cuando un amigo del joven hijo le encarga que dé clases de inglés a una chica de alto estatus de los barrios ricos de Seúl, el chico verá llegada la oportunidad de que, mediante la astucia y el embaucamiento, la suerte de su familia cambie a mejor, haciéndose poco a poco con los puestos de control del casoplón donde vive la chica rica...
Parásitos es, como ya se había visto en los anteriores films de Bong, una película que no siente precisamente mucho aprecio por las clases pudientes; aquí los “parásitos” del título, en realidad, actuarán como pícaros para introducirse en un clan de ricachones en el que la esposa y madre es tirando a medio lela, una ingenua absoluta, palanca sobre la que la taimada familia de chiquichancas se apoyará para conseguir introducirse en la casa y en la vida que realmente desean, aunque, como suele suceder en este tipo de situaciones, las cosas no saldrán exactamente como estaban planeadas, pasando de esta forma del tono de comedia de la primera parte, incluso con varias secuencias que se pueden incluir dentro de la “comedia de enredo”, hasta el de tragedia final, que será no solo una tragedia sangrienta sino, a la postre, en ese último plano tremendo, también una tragedia filosófica, un quiero y no puedo, un deseo inalcanzable: porque la pobreza, viene a decir Bong, nunca alcanzará el estadio de la riqueza por mucho que se lo plantee, que se lo proponga, que lo desee incesantemente.
Film en ese sentido muy pesimista, que no contempla la posibilidad de que la brecha social entre clases se estreche, sino más bien al contrario (la realidad del mundo abona esa idea, ciertamente), Parásitos es una película con muchos matices, desde una lectura de clases hasta un tratado sociológico, desde una mirada cómplice hacia los más desfavorecidos hasta una no precisamente positiva (aunque se agradece que no cargue maniqueamente las tintas) hacia quienes todo lo tienen, todo lo pueden.
Parásitos consiguió la Palma de Oro en Cannes, y tiene muchas papeletas para llevarse el Oscar a la Mejor Película Extranjera. No sería injusto, porque es una visión clara y certera de un problema (las clases sociales y cómo ello condiciona las vidas de sus miembros), que procede del principio de la civilización humana y, parece evidente, no terminará hasta que nuestra estirpe se extinga, quizá no tardando mucho. Que los pobres, como aquí, se travistan metafóricamente de nuestro Lázaro de Tormes y, con argucias de pícaro, consigan una transitoria y aparente mejoría en la calidad de vida no será finalmente sino un espejismo que los devuelva al arroyo de donde nunca podrán salir, por mucha voluntad que le pongan.
Buen trabajo del elenco artístico, con especial mención para el veterano Song Kang-ho, actor fetiche de Bong, que ha estado en varias de sus películas anteriores, pero también ha trabajado para otros prestigiosos cineastas surcoreanos, como Park Chan-Wook y Kim Jee-woon.
(26-10-2019)
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