Pelicula:

Zhang Yimou es, incontestablemente, el más interesante director chino, incluso asiático, de finales del siglo XX y principios del XXI. Tiene una obra muy notable que abarca, cuando se escriben estas líneas, prácticamente tres décadas, en las que, como los grandes artistas, ha pasado también por diversas etapas.

Regreso a casa se inscribe en los filmes que Zhang ha ambientado (y el totalitario régimen comunista chino le ha dejado ambientar…) durante la época maoísta. Con esa ambientación histórica el director que se dio a conocer internacionalmente con Sorgo rojo (1987) nos ha dado películas como ¡Vivir! (1994), Ni uno menos (1999), El camino a casa (1999) y Amor bajo el espino blanco (2010). En todas ellas la revolución china aparecía como fondo, también como en esta Regreso a casa, ambientada en los años sesenta y setenta, primero durante la llamada Revolución Cultural, que lideró la denominada Banda de los Cuatro y que destrozó el país, y después durante la pragmática etapa que dirigió Deng Xiaoping.

Años sesenta, los oprobiosos tiempos de la Revolución Cultural, en la que cuatro iluminados pretendieron reducir a cenizas cuarenta siglos de cultura china, de cultura humana. Un hombre ha sido castigado por sus ideas; cuando se escapa, el régimen advierte a la esposa que no se le ocurra tener contacto con él; la hija, abducida por la ideología oficial, delata a sus padres cuando acuerdan verse en una concurrida estación ferroviaria. Cuando años más tarde, acabada la dictadura de la Banda de los Cuatro (y comenzada la “dictablanda” del Camarada Dinero, que sigue imperando hoy….), el hombre puede regresar a su casa, la mujer no le reconoce; sufre amnesia parcial, y a pesar de que ha vuelto, ella va a esperarlo a la estación el día 5 de cada mes, fecha en la que le había anunciado por carta que llegaría…

Aunque los primeros minutos no están a la altura (la secuencia en la estación de trenes no puede tener una planificación más ramplona, más pedestre), a partir de que el esposo vuelve de su confinamiento el filme se entona y ya no para en su progresión, en su ascensión: la mujer, con las nieblas del proletariado en su cabeza, no reconocerá al marido y, con ello, obligará a éste, como un Sísifo de ojos achinados, a realizar todos los días un trabajo sin fin, intentar que ella lo identifique como lo que es, su amado marido.

Escenas como la del esposo tocando el piano y esperando con ello avivar los rescoldos de su recuerdo en la mujer, o las propias cartas que el marido lee, como si fuera un extraño, a la esposa, buscando revivir entre las brumas de la mente algo parecido a un recuerdo del hombre, son espléndidas, y justifican de por sí la existencia de este sutilísimo filme, una obra de orfebrería, delicada y sensible, que nos habla de los sentimientos, de la correspondencia emocional, pero también del recuerdo y el olvido, del sufrimiento por la pérdida o la ausencia del amado, de la necesidad de perdonarse y de perdonar para vivir.

Gong Li, la habitual musa de Zhang, está espléndida, como siempre en ella. También sobresale el actor que encarna al marido, Chen Daoming, que ya hizo para Yimou su primera incursión en el cine de luchas marciales, Hero (2002). El descubrimiento es Zhang Huiwen, una de esas actrices chinas que, como antes Maggie Cheung, Zhang Ziyi o la propia Gong Li, confirma la preeminencia de la interpretación femenina sobre la masculina en la cinematografía del gigante chinesco.



Dirigida por

Interpretada por

Género

Nacionalidad

Duración

109'

Año de producción

Trailer

Regreso a casa - by , Aug 11, 2016
4 / 5 stars
Sísifo en China