Pelicula:

Donde dice tres estrellas, consideren tres y media, que es la calificación más adecuada, según mi criterio, para esta última entrega de la Saga de las Galaxias: tres estrellas sería demasiado poco para la mejor de las películas de esta trilogía, e incluso de toda la hexalogía (quizá con la excepción de El imperio contraataca, que también era muy buena), pero cuatro estrellas sería demasiado, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, estamos ante un entretenimiento, bien hecho, sin duda, pero no mucho más.


Este tercer segmento de la hexalogía cuadra bien con el cuarto, el seminal La guerra de las galaxias que dio paso a la más importante saga de la Historia del Cine. Entendemos ahora perfectamente por qué Anakin Skywalker cae del Lado Oscuro de la Fuerza: nada más (y nada menos) que por amor, por el miedo de perder la vida de la mujer amada, nada más noble, al fin y al cabo, aunque sus consecuencias fueran funestas: el horror, tanto en su instancia más inmediata (ese asesinato a sangre fría de los niños jedi, ahorrado con una piadosa elipsis) como en la mediata (la imposición de una sanguinaria y prolongada dictadura en todo el universo).


Se nota que este último episodio rodado de la saga (aunque tercero de los seis que la componen) es el más tenebroso de todos, entre otras cosas porque apenas hay elementos cómicos, que en otros segmentos (como en el episodio I, La amenaza fantasma, con Jar Jar Binks y su peculiar torpeza física y cómica expresión verbal, o en el episodio VI, El retorno del jedi, con los Ewoks, que eran como ositos de peluche ambulantes) sí existían con profusión. Aquí no hay prácticamente lugar para el humor, salvo alguna cosilla de C3P0, pero poco más, porque la llegada del Lado Oscuro al alma de Anakin requiere un contexto mucho más negro.


Como siempre, hay grandes luchas, desde espaciales hasta terrestres, hay arteras maquinaciones políticas (al final nos enteramos de quién es el verdadero Darth Sidius) y hay lugar para la esperanza. Por haber hay hasta algún crítico nacional, que unas veces miro y otras casi miro, que se felicita porque en la saga triunfe el Mal. Pues va a ser que no, como dice su cadena: la saga termina (por ahora...) en el episodio VI, con la redención y muerte de Darth Vader y el triunfo del Bien. Ya lo decía el clásico: te jodes como Herodes...


Es cierto que Hayden Christensen, por más que frunza el ceño, no es el actor adecuado para dar vida al que será siniestro Darth Vader, pero ese error de "casting" (que ya señalamos en la crítica del episodio II, El ataque de los clones) se compensa apreciablemente con la ominosa puesta en escena, cada vez más negra, que hace Lucas, como siempre competente director, así como con el eficaz Ewan McGregor, un Obi-Wan Kenobi digno antecedente de su sucesor (en la segunda trilogía), Sir Alec Guinness, y no digamos de la excelente Natalie Portman, un animal cinematográfico que hace creíble cualquier papel, y a éste de Padmé Amidala le tiene ya perfectamente cogido el tranquillo: lástima que no tenga que interpretarlo más...



Star Wars. Episodio III: La venganza de los Sith - by , Dec 20, 2017
3 / 5 stars
El sendero de la traición