Aunque The Pelayos era el nombre con el que se conocía a este clan familiar en los casinos de medio mundo, no creemos que sea el título más comercial para la película, quizá válido para la venta al extranjero, si es que se llega a producir. Es la historia de uno de los oficios del singular Gonzalo García Pelayo, que fue presentador de discos, creador de la FM musical de Radio Popular de Madrid, apoderado de toreros, productor musical e iniciador del llamado cine andaluz dirigiendo Manuela (1976), al que siguieron otros films: Intercambio de parejas frente al mar (1978), Vivir en Sevilla (1978), Corridas de alegría (1982) y Rocío y José (1983).La cinta cuenta la faceta de jugador de ruleta en la que se ha hecho famoso por crear un método para ganar y desbancar casinos legalmente. Se basa en las imperfecciones que tienen las ruletas que hace que unos números salgan más que otros. Tras observar y anotar todos los que salen durante varias semanas se obtiene una cadencia aproximada de lo que suele repetirse y basándose en las estadísticas y las leyes del azar, apuesta grandes cantidades a esos dígitos para ganar fuertes sumas de dinero. El clan lo forman Iván, uno de sus cinco hijos, dos primos de éste, un cuñado de Gonzalo y finalmente una de sus hijas. Todo queda en la familia. Así consiguieron en cuatro años 250 millones de pesetas, logrando un sueño, demostrando que su método era válido y convirtiéndose en leyenda viva.
En 2003 Gonzalo García Pelayo escribió el libro La fabulosa historia de los Pelayos, en el que se basa Eduard Cortés y su guionista, Piti Español, para escribir el guion de esta película que se centra en el comienzo del clan y su lucha contra el director de un casino que se la tiene jurada al que acaban ganando y doblegando a la suerte.
Es una historia real, lo cual no quiere decir que resulte un relato creíble. Cortés ha querido hacer un homenaje al viejo film La cuadrilla de los once (1960), de Lewis Milestone, pero no cuenta con los medios del cine americano para reproducir los códigos de este género y está falto de ambición, sin pretensiones de llegar a más, se queda en algo localista, no muestra esos nervios de acero que hay que tener para seguir apostando a pesar de ir perdiendo, no le saca partido a las jugadas, ni al hecho de hacer saltar la banca, y la trama es previsible.
Los personajes resultan sin alma, centrándose más en sus problemas que lo que es la emoción del juego y las posibilidades dramáticas del mismo. Lo que logra es únicamente una cinta de aventuras entretenida a la que le falta ritmo.
Un buen trabajo de Lluís Homar encarnando al patriarca del clan, con seriedad y sobriedad, y de Eduard Fernández en el papel del malo como personajes más destacados enfrentados al final casi como en un esperado duelo del Oeste.
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100'
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The Pelayos -
by Francisco Casado López,
May 12, 2012
La banca no siempre gana
1 /
5 stars