Pelicula:

El personaje de la Viuda Negra (Natasha Romanoff para los amigos) ha aparecido en varias ocasiones en las películas que componen el genéricamente conocido como Universo Cinematográfico de Marvel; así, estuvo en films como Iron Man 2 (2010), Los vengadores (2012), Capitán América: El soldado de invierno (2014) y el díptico final de Vengadores, Infinity War (2018) y Endgame (2019). Su primera película como personaje autónomo (aunque siempre incardinado en el mentado Universo Marvel, con sus relaciones más bien tormentosas con el resto de superhéroes) es esta Viuda negra, y curiosamente es la primera y también será la última en la que Scarlett Johansson lo encarne, pasándole el testigo a su hermana en la ficción, Florence Pugh.

La acción arranca en 1995 en Ohio: conocemos a una familia, padre, madre y dos niñas como de 10 y 5 años, que tienen que escapar por piernas ante la feroz persecución por parte de instituciones del estado. Nos enteramos así de que los padres (que ni son padres ni están casados entre sí) son espías rusos que han robado material secreto para su país de origen, y escapan por los pelos del acoso de los distintos organismos de seguridad yanquis. Ya en suelo amigo, sin embargo, las niñas son separadas de sus supuestos padres (que ellas no saben que no lo son). 21 años después, la niña mayor, Natasha, ha desertado de las filas rusas para pasarse a SHIELD, el organismo supersecreto que agrupa a los superhéroes como Thor, Capitán América, Hulk, Iron Man y Ojo de Halcón, conocidos en su conjunto como Vengadores. Su supuesta hermana, Yelena, ha sido subsumida por el grupo de las Viudas Negras, a las órdenes del villano Dreykov, quien manda sobre ellas de forma omnímoda al tener secuestrada su voluntad; Yelena es liberada de ese yugo por un liquido rojo que actúa como antídoto de esa esclavización, y entonces decide contactar con la que fuera su hermana mayor...

Viuda negra tiene algunos problemas y también algunas virtudes. Entre los primeros, una parte central dedicada casi exclusivamente a la cháchara entre los que compusieron una familia aunque no lo fueran, exponiendo cada uno lo que creía que era aquel núcleo familiar, lo que fue para cada uno de ellos, con las previsibles meteduras de pata cuando se hiere a los que creen que aquello fue lo más parecido a la felicidad que conocieron. Mucha palabrería, además no especialmente distinguida, entonces, aunque hay que reconocerle el valor de hablar de temas no específicamente relativos al inane universo de los superhéroes, con sus leotarditos y sus pueriles capitas, e incluso de aportar una cierta autoironía, como la sorna del personaje de Yelena con respecto a las posturitas de su hermana cuando va de Viuda Negra. En cuanto a la acción, que es lo que el público medio busca en un producto como este, está bien servida, con la aparatosidad que se espera de una peli que anhela reventar taquillas (lo que, a la vista de los primeros datos, parece que está consiguiendo, a pesar de las prevenciones de la pandemia). En este sentido la última media hora es un impresionante carrousel, un más difícil todavía, sobre todo con la aparición del personaje Taskmaster, una mole omnipotente con vocación de elefante en cacharrería, y que guardará una de las sorpresas de la peli.

El conjunto es un tanto irregular, quizá excesivo en metraje, como tan habitual es hoy día, en el que cualquier película que se repute “importante” tiene que durar necesariamente más de dos horas. La directora, la australiana Cate Shortland, hace un trabajo aceptable, teniendo en cuenta que rodar un film como esto es lo más parecido a dirigir un ejército en una batalla, con cientos de personas a sus órdenes durante más de 4 meses, y tampoco ella tenía mucha experiencia en “blockbusters”, en una filmografía en la que menudean las series, los cortos y algunos largos “indies”. Así que el salto a esta megaproducción ha debido ser de aúpa, y el resultado se puede calificar de aceptable.

Scarlett Johansson se despide del personaje siendo a su vez productora ejecutiva, así que se va pero se lleva la pasta, y hace bien... Florence Pugh, su futura sucesora, nos parece una de las actrices más prometedoras de su joven generación: tiene ya una nominación al Oscar cuando tiene solo 25 añitos, qué precocidad... Del resto nos quedamos con David Harbour, el sheriff de la serie Stranger Things, aquí en un personaje curioso, un superhéroe soviético, el Guardián Rojo, creado a imagen y semejanza del Capitán América, que vive embebido en su pasado, nostálgico de los tiempos en el que era uno de los que repartían tortazos, y con un ego que no le cabe en su ya de por sí oronda humanidad, de nuevo en un guiño autoirónico que se agradece (aunque suponemos que a los fans de los tíos en mallas les rechinará...). El villano que compone Ray Winstone es ciertamente interesante, en la mejor tradición del Mad Doctor o Dueño del Mundo, en ambos casos de forma literal. Para la melancolía dejamos la fugaz aparición de un William Hurt sumamente envejecido: ¿qué fue de aquel galán de Fuego en el cuerpo, de tórridas escenas con la volcánica Kathleen Turner? Sic transit gloria mundi...

(15-07-2021)


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133'

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Viuda negra - by , Jul 15, 2021
2 / 5 stars
Superheroína con toques autoirónicos