Pelicula: A veces el espectador se topa con películas extrañas, que seguramente no pasarán a ninguna historia del cine, pero que llevan en su propio concepto el germen de lo raro, de lo inasible. “Voces en la noche” no es un gran filme, pero es cierto que proporciona dosis apreciables de desasosiego, a veces de desconcierto, casi siempre de incertidumbre. Plantea una historia (supuestamente basada en hechos reales, aunque como dice el refrán español, a buen seguro que del dicho al hecho habrá un buen trecho…), en el que un renombrado locutor radiofónico (una especie de Loco de la Colina a la americana), que pasa por una grave crisis sentimental (su novio le ha dejado), entabla contacto telefónico con un adolescente al que supuestamente han vejado sexualmente “ad nauseam” (nunca mejor utilizado el latinajo) en su infancia sus padres y los amigos de éstos, amparado ahora por una dura madre de acogida que le protege del mundo y procura aliviarle de las graves secuelas físicas que las sevicias infantiles le han dejado. Pero pronto crece en la mente del locutor la sensación de que no hay tal adolescente, sino una impostura de la mujer, y lo que era una relación de profunda amistad telefónica se convierte en una obsesión por descubrir la verdad sobre el chico, su madre adoptiva y lo que de verdad hay en esta extraña familia.
No debería sorprendernos lo raro del filme, porque Patrick Stettner, su director, ya nos había ofrecido hace algunos años una muestra de su esquinada visión del mundo con la también ciertamente chocante “Oscuros negocios”. Aquí la atmósfera es casi siempre torva, los escasos personajes de la trama están marcados por distintas tragedias o traumas, pero es cierto que, conforme avanza, el desasosiego inicial, que es tal vez la mejor baza del filme, va trocándose en una historia más convencional sobre cómo descubrir un secreto o misterio, perdiendo ese clímax claustrofóbico inicial, que daba a la película una apariencia viciada, de tonos “underground”, con unos ásperos, turbadores toques de “hardcore” pedófilo.
Así las cosas, el desenlace (que ciertamente se adivina bastante pronto, pero que no destriparemos) no está a la altura de un planteamiento y nudo interesantes, haciendo que lo que podría haber sido una subyugante historia sobre la realidad y el deseo (qué cernudiano…) termine teniendo el aspecto de una intriga más, rara pero no especialmente distinguida. Robin Williams incorpora un nuevo rol a su larga lista de personajes cinematográficos, en este caso el de locutor homosexual, aunque da muestras de lo primero (los “speeches” nocturnos ante el micrófono, seguidos con devoción por media nación) pero no de lo segundo (un mero “pico” con plano de nuca, así que igual es un doble…). La que está magnífica es Toni Collette, en un personaje que es un bombón, la ambigüedad ambulante, en un “tour de force” constante que la hace estar permanentemente en la cuerda floja, envite del que sale siempre airosa. Rory Culkin se limita a poner el careto, con la evidente marca física de los Culkin (esos ojos de huevo de su hermano Macaulay y del resto de la familia) y también, porque no decirlo, con la misma ausencia de talento que sus hermanos…

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81'

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Voces en la noche - by , Feb 25, 2007
2 / 5 stars
La extraña familia