Pelicula: Definitivamente, el cine de temática gay se ha instalado en la normalidad; podría decirse, usando la jerga ad hoc, que ha salido del armario. Pasó ya el tiempo en el que los personajes homosexuales se trataban críptica y tangencialmente (El zurdo), o en ambientes viciados (El detective), o directamente ridiculizándolos (No desearás al vecino del quinto), por sólo citar algunas de las muchas formas en las que se trató el tema en el siglo XX. Ahora los filmes presentan sus personajes gays con toda normalidad, con historias que podrían sucederles también con independencia de cual sea su tendencia sexual.

Esta Weekend (que, por cierto, ha tardado dos años en llegar a los circuitos comerciales españoles) es una muestra palpable de ello: el protagonista es un joven abiertamente gay, al menos con sus amigos, que tiene una buena amistad con un grupo de jóvenes heteros, si bien parece encontrarse algo fuera de lugar en sus reuniones. En un fin de semana conoce en un bar de ambiente a otro chico, y en esos dos días, sin proponérselo ni imaginarlo, irá creciendo dentro de él un amor que no podrá soslayar, algo que le prenderá sin remedio.

Curiosamente la película adolece de cierto costumbrismo, sobre todo en su primer tramo, siguiendo las andanzas del personaje central, cuando se baña, cuando se hace la comida, lo vemos en su trabajo como socorrista… da la impresión de que el guión no daba para un metraje más o menos estándar y ha habido que alargar la historia aunque sea con apuntes del natural, como diría un pintor. Lo cierto es que ello hace que el ritmo se resienta, que la historia no encuentre su punto hasta el último tercio, cuando la relación entre los amantes se torna de sexo en amor, sin quererlo pero tampoco sin rechazarlo abiertamente: dos personas de muy distinto carácter, aherrojados por ese sentimiento cuyo origen los científicos prosaicamente sitúan en la oxitocina, sin embargo coinciden en ese punto en el que no se puede concebir la vida sin el otro, esa emoción que, como decía Antonio Gala, sentimos que es para toda la vida, aunque después dure sólo diez minutos…

Lástima que el primer tramo no tenga la misma densidad que el último, cuando las cartas se ponen sobre la mesa, siempre con sutileza en las emociones (no así en los revolcones: ya se sabe que este tipo de cine no suele ser amigo de las elipsis en la cama…), con algunas escenas devastadoras, como la final, a pesar de todo tan contenida.

El director, Andrew Haigh, procede del sector del montaje, confirmando con ello que la dirección cinematográfica tiene muchos veneros, y que no sólo los guionistas dan ese salto (siendo los más habituales), sino que es también frecuente que lo terminen dando otros profesionales del cine como intérpretes, directores de fotografía, montadores e incluso músicos.

Los actores, poco conocidos, están bien, ajustados a sus personajes. Especial mención para Chris New, cuyo personaje, lleno de aristas y de contradicciones, resuelve con talento y nos permite augurarle un gran futuro en la interpretación.

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97'

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Weekend - by , Nov 29, 2013
2 / 5 stars
El cine gay fuera del armario