ESTRENO EN FILMIN.
Ignacio Nacho (nacido Ignacio Martínez García) es un autor y director teatral malagueño, además de actor, guionista y director cinematográfico, con una carrera en el cine todavía corta, generalmente en proyectos pequeños en medios económicos pero no exentos de interés; recordamos con agrado su comedia de enredo con irisaciones verbalmente eróticas de El intercambio (2017), donde sí que contó con algunos intérpretes de relumbrón, como Hugo Silva, Pepón Nieto, Rossy de Palma y Paco Tous, aunque se intuye que todos ellos estuvieron en el proyecto más por amistad que por cuestiones pecuniarias.
Ahora, con esta Isósceles, que recuerda, lógicamente, la figura del triángulo en el que dos de sus lados son iguales y el tercero desigual, nos parece que Nacho ha pretendido, con cierto éxito, rememorar uno de los títulos fundamentales del thriller psicológico, La huella (1972), la última película de Joseph L. Mankiewick, un diabólico juguete con inesperados giros de guion, con un único escenario y solo dos intérpretes, sucediéndose los golpes de timón en la historia, en un delicioso duelo de ingenios.
La película de Nacho discurre, en principio, por una senda similar, teniendo en cuenta que tendremos aquí también un único escenario, la casa del protagonista, y en este caso solo tres intérpretes, dos actores y una actriz, con continuos golpes de efectos y giros de guion, generalmente bien tramados, que conducen hasta un ...
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ESTRENO EN MOVISTAR+.
Rafael Cobos (Sevilla, 1973) era hasta hace bien poco “el guionista” de Alberto Rodríguez, por aquello de que había sido su colibretista habitual desde casi los inicios de la carrera de Alberto (en concreto desde 2005 con 7 vírgenes, el tercer largo de Rodríguez y segundo en solitario); aunque había intervenido también en el guion de otros films, como Toro o Las gentiles, en general su nombre se asociaba al del notable cineasta de El hombre de las mil caras. Como una evolución natural, Cobos, con buen criterio, y sin abandonar la escritura cinematográfica, está pasando al terreno del control total del producto audiovisual: ya lo hizo como “creador” o “showrunner”, en comandita con Rodríguez, de La peste. La mano de la Garduña, la soberbia continuación de la extraordinaria miniserie La peste, de Alberto, y ahora da el salto como creador en solitario (bien que con el experimentado Paco R. Baños como codirector de 4 de los 6 episodios) de esta miniserie de 6 capítulos, El hijo zurdo, de la que adelantamos que nos ha dejado un sabor agridulce, aunque a la postre más positivo que negativo.
La serie se ambienta en nuestros días, en Sevilla, en una Sevilla en general alejada de las postalitas de rigor, aunque aparezcan episódicamente algunas de las imágenes típicas de la Sevilla inevitable, como la Torre del Oro y varios de los reconocibles puentes de la ciudad, pero también algunos barrios digamos chungos... Conocemos a Lola, una mujer de clase alta, casada con Rodrigo, ambicioso político cortito de escrúpulos que es la mano derecha (y amante...) de la alcaldesa de la ciudad, a la que aspira a suceder cuando ésta dé el inminente salto al gobierno de la comunidad ...
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Como hemos comentado en los anteriores capítulos, la nueva organización del estado español a partir de la Constitución de 1978, a través de un total de 17 comunidades autónomas y 2 ciudades-autónomas (Ceuta y Melilla), ha propiciado una importante descentralización del cine español, antes situado de forma casi monográfica en Madrid y, todo lo más, en Barcelona. A partir de 1978, progresivamente, pero sobre todo desde comienzos de este siglo XXI, y aún más claramente a partir de la década de los años diez de esta centuria, el cine español ha dejado de ser dependiente de la capital del Reino, de Madrid, y subsidiariamente de la Ciudad Condal, para ver crecer pujantes cines autonómicos, desde el vasco al andaluz, desde el catalán al madrileño de raíces puramente madrileñas, no españolas (aunque es difícil deslindar unas de otras...). Pero no solo las nacionalidades históricas han llegado para quedarse (incluida Galicia, aunque en el caso de la antigua Suevia las mujeres, aún no han aparecido –pero aparecerán...--, y por ahora es un cine solo de hombres: Lois Patiño, Eloy Enciso, Oliver Laxe...), sino también otras comunidades, con frecuencia coloquialmente conocidas como “de segunda” (por tener un marco competencial inferior al de las históricas), empiezan a presentar películas con sus propias características, en buena medida sustentadas en la compra de derechos de antena de operadores televisivos (RTVE, Atresmedia, Mediaset) y de plataformas como Movistar+, pero también por el apoyo de sus respectivos canales autonómicos. Y en esos nuevos cines regionales también hay, por supuesto, mujeres que dirigen películas y series y se ponen al frente de esos proyectos, sean identitarios, independientes o simplemente comerciales.
Navarra
De esas comunidades, la que más aporta en términos de número de directoras es Navarra, precisamente una de las de mayor nivel económico de España (su renta per capita es la tercera de España, tras la Comunidad de Madrid y el País Vasco). Tres mujeres realizadoras tenemos censadas con origen en la tierra de los sanfermines, con muy diversa trayectoria.
Así, Helena Taberna (Alsasua, 1965) empezó haciendo cortos a mediados de los años noventa, para pasarse a la dirección de largometrajes (también a la producción, con su empresa Lamia Producciones) a comienzos de siglo con la controvertida Yoyes (2000), la primera vez que el cine español planteaba el tema de los “arrepentidos” de ETA, con la verídica historia de Dolores González Catarain (alias “Yoyes”, de ahí el título), exdirigente etarra que abandonó la organización y fue asesinada por la banda terrorista en su pueblo, Ordizia, mientras paseaba por la calle con su hijo de 3 años. La película, que estilísticamente no era una maravilla, tuvo la virtud de abrir la veda para que se pudieran hacer otras aproximaciones, de todo tipo, al llamado (por el mundo “abertzale”) conflicto vasco, y desde luego puso el acento en la villanía de un movimiento inicialmente político que derivó en una organización puramente mafiosa. Aunque la película tuvo cierta repercusión en taquilla (200.000 espectadores, que para un film de sus características se puede considerar un éxito) y tambi&eac ...
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