Pelicula:

Tras el fracaso comercial de Ángeles gordos (1980) y la correspondiente ruina económica que ello conllevó para Summers, que fue siempre productor de sus películas, el cineasta sevillano ensayó dos fórmulas para recuperar sus finanzas. La primera funcionó muy bien, con To er mundo e güeno, en la que recuperó la fórmula que popularizó en España en los años sesenta el programa televisivo de TVE Objetivo indiscreto, con una cámara oculta que filmaba las situaciones estrambóticas y surrealistas provocadas por sus “ganchos”, a los que el propio Summers llamó “una panda de entrañables gamberros amigos míos”, lo que funcionó muy bien en taquilla y daría lugar a dos continuaciones, To er mundo e mejó y To er mundo e demasiao, de decreciente repercusión comercial. Pero la segunda fórmula que experimentó no funcionó tan bien.

En esa otra fórmula Summers se adentró en el terreno de la parodia religiosa, subgénero que en el cine mundial años atrás, en 1979, había conseguido un resonante éxito comercial, crítico y popular con La vida de Brian, de los Monty Python, que se convertiría en un auténtico clásico en su género, tantas veces citado, plagiado, homenajeado y parodiado. No está muy lejana esa fórmula de esta La Biblia en pasta, rodada en 1984 por Summers, una sátira sobre algunas de las historias más conocidas del Antiguo Testamento, como la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, el asesinato de Abel por Caín, el arca de Noé y la construcción de la Torre de Babel. Summers utilizó además del humor paródico, el anacrónico, jugando con el choque entre las imágenes de época y los temas de la España del siglo XX; también jugó con el humor de opuestos, como en el segmento de Abel (aquí pintado con mucha pluma y muy fino y glamouroso) y Caín (descrito como un patán, un cazurro cutre y sin modales); así mismo tiró con frecuencia de la parodia de clásicos del cine, remedando por ejemplo la famosa escena de los monos lanzando al aire el hueso de 2001, una Odisea del Espacio, o la no menos popular escena de la boga de los remeros esclavos en la galera de Ben-Hur, además de tomar directamente escenas de clásicos Disney como Bambi y Dumbo que convenían, sobre todo, al segmento dedicado a Noé y el Diluvio Universal.  

Hay también, dentro de ese desaforado tono “políticamente incorrecto” que caracterizó siempre a Summers (aunque en aquella época no se había acuñado aún el término...), curiosidades tales como que el demonio que tienta a Eva hable con un marcadísimo acento catalán (y eso que aún no se tenía ni idea de lo que iba a ser eso del procés...). En esa misma línea habría que incluir el episodio de Caín y Abel, apareciendo este último (un impagable Alberto de Gregorio, que compuso sandungueramente casi todos los personajes gais del cine de Summers) con toda la pluma desplegada al viento, en un ejemplo palmario del llamado “humor de mariquitas” que, ciertamente, era habitual en esa época impregnada de una generalizada homofobia ambiental, pero que hoy sería –afortunadamente...- totalmente inviable. Eso por no hablar de ese humor ácrata, nihilista, blasfemo y conceptualmente brutal de la escena en la que las ovejas de Abel, tras su asesinato a manos de su hermano, se dedican a rezar las letanías, con sus correspondientes “ora pro nobis”...

No hay en la película, en puridad, mucha voluntad de estilo, sino simplemente la intención de contar los distintos segmentos que la componían y echarse unas risas, aunque es cierto que está trufada de la vertiginosa creatividad summersiana, que no da tregua. De hecho, podría hablarse de una cierta vocación de voluntario cutrerío, como si ello (y la multitud de personajes “friquis” que la pueblan) colaboraran también en el tono humorístico que es su intencionalidad principal. Como experiencia la película sí que fue novedosa: la Biblia tomada a chacota (aunque realmente sin mofarse de lo esencial, de Dios) no se había hecho en cine comercial, ni en España ni fuera.

La película no ha envejecido bien: ese voluntario “friquismo” tuvo su momento, pero hoy ha quedado ampliamente superado. De todas formas, es cierto que peor han envejecido To er mundo e güeno y sus secuelas.

Lamentablemente, este costeado empeño, con gran número de figurantes, maquetas, transparencias, etcétera, tampoco funcionó bien en taquilla, con algo más de 900.000 espectadores, abortando una segunda parte (que se debía titular “La Biblia en verso”) que se anunciaba en su final pero nunca se llegó a rodar.

(07-02-2024)


La Biblia en pasta - by , Feb 17, 2024
2 / 5 stars
Parodia religiosa políticamente incorrecta